Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025

El síndrome del desgaste profesional
--- Elena Zazo Cano es psicóloga sanitaria y técnica en prevención de riesgos laborales.
El síndrome de burnout, también llamado síndrome del quemado, “es una respuesta al estrés laboral crónico, en la cual, las actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja dan una sensación de encontrarse agotado emocionalmente” (Bosqued, 2008).
Este síndrome se produce con más frecuencia en profesiones de asistencia a personas y atención al público, sin embargo, esto no significa que no pueda darse en otro tipo de ocupaciones donde la exposición a factores de riesgos psicosocial es elevada.
La persona trabajadora que sufre burnout comienza a sentir desilusión en su trabajo, baja realización, frustración, despersonalización. Se adoptan actitudes de distanciamiento hacia su profesión, de aislamiento, falta de energía y deterioro del autoconcepto acompañado con sensaciones de insuficiencia y desconfianza en sus habilidades. El resultado es un estado de agotamiento emocional.
El síndrome del burnout, junto con el estrés y acoso laboral están produciendo graves efectos sobre la salud mental de las personas trabajadoras como consecuencia de la exposición a factores de riesgos psicosocial en el ámbito laboral, que se han visto incrementados durante la pandemia de la Covid-19.
La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el trabajo (EU-OSHA) define los riesgos psicosociales como “Los aspectos de la concepción, organización y gestión de trabajo, así como de su contexto social y ambiental que tienen la potencialidad de causar daños físicos, sociales o psicológicos en las personas trabajadoras".
En este sentido, es necesario identificar aquellas formas de organización del trabajo que son nocivas y para ello, existen evidencias científicas suficientes que identifican cuatro grandes grupos de riesgos psicosociales: r el exceso de exigencias psicológicas del trabajo, (Karasek, 1977); (E.Hall, 1988); (Siegrist, 1995), escasa influencia de desarrollo en el trabajo, (Johnson y E Hall, 1988), la falta de apoyo social y de calidad de liderazgo, (Johnson y Hall, 1988) y las escasas compensaciones del trabajo, (Siegrist, 1995).
Las directrices mundiales de la Organización Mundial de la Salud (2022) sobre la salud mental en el trabajo recomiendan medidas para hacer frente a estos riesgos para la salud, como la gran carga de trabajo, los comportamientos negativos y otros factores que generan angustia en el trabajo, teniendo en cuenta que no se trata de un problema individual, que responda a circunstancias personales o familiares concretas de cada persona, sino que tienen su origen en el ámbito laboral.
En la práctica, el reconocimiento de las enfermedades por exposición a riesgos psicosociales es complicado, sin embargo, como hecho positivo, encontramos que desde el 1 de Enero de 2022, con la entrada en vigor de nueva edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 11), se ha considerado el síndrome del desgaste profesional (bournout) como un problema relacionado con el trabajo, frente a la situación anterior, que lo clasificaba dentro de los "problemas relacionados con la dificultad en el control de la vida”, aunque aún está pendiente su inclusión en el Listado de Enfermedades Profesionales.
La literatura científica nos muestra que en organizaciones que gestionan correctamente los riesgos psicosociales, se mejora la salud mental y se aumenta la implicación y motivación de la plantilla. En la actualidad, tenemos instrumentos validados para la investigación, evaluación y la prevención de los riesgos psicosociales que se pueden aplicar en todas las empresas u organizaciones con el objetivo de identificar, gestionar y actuar sobre los factores de riesgo que afectan a la salud de las personas trabajadoras.
Si quieres conocer más sobre los riesgos psicosociales y el síndrome del desgaste profesional, te esperamos miércoles 1 de marzo en la conferencia del ciclo ‘Psicología hoy ¿Qué puede hacer por ti?’ en el Ávila 1.131 Observatorio Activo (17,30 horas).
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