A sus 75 años, el cantante asturiano ha cantado cerca de una treintena de temas, de todas sus épocas. Con una tan dilatada y fecunda trayectoria, la antología a la fuerza debe ser incompleta, pero inmejorable para que el público siga el recital con devoción, tanta como la que él ofrece a sus seguidores, detallando la historia que hay detrás de sus letras.

Los espectadores, que han llenado el Lienzo Norte en la noche del sábado con las entradas vendidas desde hace tiempo, en un 80% llegaron a Ávila para el concierto, el segundo en los últimos años tras el de 2018.

Víctor Manuel empezó el recital con la ‘Danza de San Juan’, ‘Quiero abrazarte tanto’ y ‘Bailarina’, para cantar después un buen número de canciones de amor, entre ellas ‘Me gusta saber de ti’. “Seguro que no me la vais a pedir”, ha dicho antes de cantarla, a modo de rescate de un tema que considera olvidado.

Cuando afrontaba más de un tercio del concierto, abordó cinco canciones en acústico, que él ha denominado “prehistóricas”. Y es que han sido aquellas con la que se dio a conocer en los años 60, como ‘La romería’, ‘Paxariños’, ‘El cobarde’ o ‘La planta 14’. 

Luego se ha dirigido a algunas de las más nuevas, como ‘Allá arriba al norte’ o ‘Digo España’, haciendo hueco para ‘Canción `pequeña’, otro tema rescatado, “de esos que me gustan a mí y a vosotros os importan un pijo’, ha bromeado con su público.

No ha podido faltar “la canción que más satisfacciones me ha dado”, ha asegurado, la historia de una pareja de discapacitados a la que impedían casarse en Córdoba en los años 70 y que tuvo tres hijos. ‘Solo pienso en ti’: con ella ha tenido palabras para familiares y asociaciones de discapacitados que en las últimas décadas “han luchado como gato panza arriba” en pos de sus derechos.

Tampoco temas “contra el olvido” como ‘¿Cómo voy a olvidarme’ y, por supuesto, su primer éxito, ‘El abuelo Vítor’, y otros tantos como ‘Asturias’ o ‘Soy un corazón tendido al sol’, entre otras, para completar una antología en algo más de dos horas de concierto.