Antes de la quema de la sardina, la cual tardó más de lo habitual, el "obispo" leía el réquiem 2023 con la mirada puestas en las próximas elecciones. "Qué tendrán esos asientos de la Casa Consistorial, que se quedan sin aliento hasta conseguir entrar", apuntaba. 

Con la llegada de las elecciones, "la ciudad luce penosa entre piedras y gorrones. Y es que hay que darse prisa para conseguir más votos y hay que ensayar la sonrisa para salir en la foto". Al complejo fúnebre también le preocupan "las promesas y planes de mejoras en los barrios", porque "no interesan ni los problemas diarios".

La limpieza de las calles, la creación de los puestos de trabajo y las quejas por el peaje y el ferrocarril fueron otros de los temas tratados por el réquiem.

Tras la quema de la sardina, los festejos organizados con las peñas Jarana Vaquera y de Las Vacas en colaboración con el Ayuntamiento de Ávila, los asistentes pudieron degustar una ración de sardinas, que fueron repartidas por los miembros de la corporación municipal.