Desde abril habían perpetrado cinco robos con fuerza en domicilios de la capital abulense, en un modo de operar que tenía a uno de ellos dedicado a reventar la cerradura mientras los otros dos desvalijaban los pisos en unos minutos.

Con edades entre los 27 y 43 años, dos de los arrestados fueron sorprendidos cuando huían de un asalto, mientras el tercero fue detenido poco después aunque intentó hacerse pasar por un turista.

Sobre las 13 horas del jueves 19 una llamada a la Policía, del propietario de un domicilio, alertó de un robo en su vivienda, aportando detalles de los rasgos físicos y de la vestimenta de los autores del hecho.

Un vehículo policial camuflado que acudió hasta la zona localizó a dos individuos cuyas características físicas coincidían con las facilitadas por la víctima. Una vez identificados, los agentes procedieron a revisar sus pertenencias y hallaron en sus bolsos numerosos objetos que, presumiblemente, acababan de sustraer de la vivienda. Al no poder explicar de dónde procedían esos efectos,  fueron detenidos y trasladados a la Comisaría de Policía.

Turista con herramientas
Poco después fue detenido el tercer miembro de la banda, que esperaba en las proximidades dentro de un vehículo para facilitar la huida. Al ser abordado por los agentes argumentó que se encontraba de turismo en Ávila, pero las numerosas herramientas que portaba en el vehículo hicieron poco creíble esa versión.

Entre las herramientas, que supuestamente utilizaba para fracturar las cerraduras, se encontraba un taladro percutor.

Según la Policía, cada integrante de la banda tenía su papel en los robos: uno pulsaba los telefonillos de las viviendas para asegurarse de que se encontraban vacías, improvisando cualquier excusa en el supuesto de que algún vecino respondiera.

Una vez comprobado que el domicilio estaba vacío forzaba el bombín de la cerradura con un taladro percutor de alta gama, de tal forma que cuando sus compinches acudían a la vivienda podían acceder fácilmente a ella utilizando una ganzúa con la que manipular los mecanismos de la cerradura.

Dos de ellos accedían al inmueble y en unos minutos desvalijaban el piso mientras que el tercero les esperaba en un vehículo de una calle aledaña dispuesto para emprender la huída.

Además de las herramientas que portaba uno de los detenidos, a los otros dos se les incautaron también joyas, relojes, teléfonos móviles, una cámara de fotos y un ordenador portátil, entre otros efectos, además de dinero en efectivo.

Los detenidos se negaron a prestar declaración en dependencias policiales, por lo que fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, que decretó su ingreso en prisión.