Los hechos tuvieron lugar en torno a las 12 horas del lunes, cuando un farmacéutico llamó al teléfono de la Policía Nacional para alertar de la presencia de un joven que estaba intentando conseguir medicamentos con unas recetas que le infundían sospechas de ser falsificadas.

Hasta allí se dirigieron varias patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana y Policía Judicial que, con la información aportada, localizaron el vehículo en el que ese individuo había montado tras salir de la farmacia en la que había intentado conseguir diversos medicamentos.

Posteriormente, mientras unos policías vigilaban el vehículo sospechoso, otros, atendiendo a las características físicas aportadas, identificaron al individuo y le realizaron un cacheo de seguridad, encontrando entre sus pertenencias 17 recetas falsificadas y diversos medicamentos. En su poder también fueron localizadas varias recetas supuestamente prescritas en centros médicos de Madrid.

Además, le hallaron un teléfono móvil del que no pudo dar una explicación coherente sobre su propiedad, reconociendo "voluntariamente" que las recetas eran falsas.

Según la información obtenida por la Policía, esta persona no actuaba en solitario y que no era la primera vez que obtenía medicamentos fraudulentamente, de ahí que la investigación siga abierta.

Tras obtener estos indicios, los agentes le detuvieron como supuesto autor de un delito de falsedad documental y, una vez trasladado a dependencias policiales, prestó declaración, antes de ser puesto a disposición judicial.

La falsificación de documento público cometida por particulares se regula en el Código Penal con penas de prisión de seis a tres ños. El comportamiento de falsedad requiere alterar un documento en alguno de sus elementos esenciales, simular un documento en todo o en parte, de manera que induzca a error sobre su autenticidad,