Se trata de una obra que surge de la tesis doctoral que el catedrático de Lengua y Literatura, que leyó en la Universidad de Valladolid, y en la que relata cómo un grupo de jóvenes escritores editaron esta publicación, a la que dieron nombre el del animal que llevaba a las reuniones Faustino Cermeño, analista de laboratorio. Y es que llevaba al roedor a los encuentros que mantenían en el bar Las Cancelas, según ha explicado Muñoz Quirós, que en 1997 puso en marcha una segunda época de la revista, auspiciada por el Ayuntamiento de Ávila.

La obra analiza cada uno de los 27 números de El Cobaya publicados durante aquellos seis años, en los que colaboró Vicente Aleixandre, que luego fue Premio Nobel, y donde escritores, como Teresa Barbero o Joaquín Fernández, y pintores, como Benjamín Palencia, alimentaron las páginas.

Muñoz Quirós considera que “no se puede entender la literatura española de los años 50 y 60 sin entender la importancia que tuvieron las revistas culturales que durante aquellos años surgieron por todo el país”, como es el caso de la abulense El Cobaya.