Este año la entidad ha puesto el foco en los clubes de fútbol, ya que una de las primeras y más impactantes noticias que reciben la mayoría de los pequeños al ser diagnosticados con la enfermedad, que es la prohibición de jugar al fútbol. Es lo que le ha sucedido al pequeño Álvaro, que en la última jornada fue homenajeado por sus compañeros del Club Deportivo Diocesanos.

La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes es una necrosis avascular en la cabeza del fémur causada por la falta de riego sanguíneo. Su origen es desconocido y afecta aproximadamente a 1,5 de cada 10.000 niños, siendo por tanto una enfermedad rara.

Se presenta más en varones (por cada 4 niños, una niña), de edad entre los 3 y 12 años, pero con una mayoría en torno a los 6-8 años, que es el momento en los pequeños comienzan a practicar deportes, por lo que “es el momento cuando la prohibición de practicar deportes de impacto provoca mayor conmoción en los niños al verse obligados a dejar una actividad que ellos mismos han elegido, sin tener todavía la madurez suficiente para asimilar que las enfermedades son parte de la vida”, según se ha explicado desde la asociación.

En la mayoría de los casos es una afección temporal que dura entre 5-6 años de media, y en todo el proceso “las limitaciones van variando, pero la frustración y la rabia que sienten en el momento en el que se les prohíbe hacer tantas cosas cotidianas, como saltar y correr, hacen que la carga psicológica que sufren esos niños y sus familias sea una de las principales dificultades a las que se enfrentan”.

Día a día
En el día a día de los enfermos tienen como síntoma más común “una cojera que remite con antiinflamatorios, pero vuelve a aparecer con rigidez en la cadera, restricción de movimiento, o dolor en la ingle, muslo o rodilla”
Además del aspecto físico, la enfermedad de Perthes “conlleva una gran carga psicológica que afecta a la vida familiar y  social, no solo del propio niño afectado, sino de toda su familia”, puesto que los niños con esta dolencia “no deben correr, saltar o hacer deportes de impacto, tan comunes en la infancia”.

Según la Asociación de Familias con Perthes, “externamente es una enfermedad que no se aprecia, a no ser una leve cojera, por eso es muy necesario que todo el entorno del niño, familia, amigos, compañeros de colegio, profesores, comprendan la afección y entiendan sus limitaciones.