“La idea surgió un día mientras tomábamos un café en el bar del pueblo, cuando un vecino, maestro jubilado, sugirió la idea de que podíamos hacer un curso de pintura sobre macetas y a la vez hacer un belén”, ha contado uno de los vecinos.

“El Ayuntamiento nos dejó un lugar y se encargó de financiarnos el material, mientras que otro vecino hizo el portal y un puesto para vender verduras, y la empresa de electricidad del pueblo la iluminación”, ha señalado.

Luego un grupo de 12 mujeres comenzó la elaboración de las figuras, lo que ha culminado en un “belén precioso y original”.

“Tras una experiencia muy buena, porque a la vez que hemos creado este nacimiento, hemos aprendido y nos lo hemos pasado muy bien, las gentes del pueblo han ido a verlo y todo han sido comentarios positivos”, ha comentado.

“Los animales son los que más guerra han dado, pues al llevar tanta maceta de diferente tamaño se despegaban, pero son preciosos y muy graciosos”, ha contado. La idea es ampliar el montaje el año que viene con más figuras.