En un comunicado anuncian que “más de un centenar de personas de diferentes sensibilidades sociales y políticas” firman un manifiesto que “pretende ser el punto de partida para la creación de un espacio participativo de reflexión y acción política, crítico, plural, abierto y progresista”.

Según el comunicado, “la voluntad es constituir un laboratorio de ideas y de acciones políticas con la forma jurídica de asociación”, sin que la intención sea la de crear un partido político “•ni de cualquier otra fórmula de organización con fines electorales, sino la de generar y extender discursos centrados en la defensa de la política como ámbito donde se resuelven los problemas que sufre la ciudadanía, de profundización en la democracia y de avance en el desarrollo de los derechos humanos, sociales y ambientales”.

Explican que la iniciativa surge también “para enfrentar la simplificación, la demagogia populista, la resignación y la utilización de la mentira como arma política”, como apuesta por “la cultura de la participación para regenerar vínculos e ilusiones que avancen hacia proyectos colectivos integradores”.

El más de centenar de personas que suscriben el manifiesto “reivindican la política como herramienta de participación y acción, con objeto de progresar de manera colectiva, sin dejar atrás a nadie”.

Por ello, llaman “a los abulenses en general y a los actores sociales y políticos en particular”, para que, “desde el compromiso, la responsabilidad y la generosidad, se adhieran o apoyen, con su firma, la construcción de este espacio de naturaleza progresista plural, democrática y abierta, que desarrolle los objetivos que se plantean en el manifiesto que se hace público”.

Manifiesto ‘Alternativa para Ávila’
“A las ciudadanas y ciudadanos de Ávila.
Estamos viviendo en una encrucijada histórica caracterizada por una crisis sistémica que incide en todas las esferas de la sociedad (la económica, la social, la cultural, la política, la climática-medioambiental, la sanitaria...) y también en otros ámbitos fundamentales como la profundización democrática, los Derechos Humanos, la relativización de la igualdad, la banalización de la libertad y el vaciamiento de la fraternidad. De seguir en esta dirección se pondría en riesgo la vida en el planeta y el futuro de las próximas generaciones. Nos encontramos, sin duda, ante lo que se puede llamar una crisis civilizatoria.

Sin embargo, el discurso que propagan los poderes fácticos y las élites económicas, a través de sus altavoces mediáticos y sus estrategias económicas, políticas y jurídicas, justifica las políticas neoliberales que han conducido a esta situación. Además, dichas élites están aplicando con éxito una estrategia que busca desviar la atención de los verdaderos responsables de la situación cada vez más desesperada que vive la inmensa mayoría de la humanidad echando la culpa de todo a distintos chivos expiatorios: los inmigrantes, las mujeres, la comunidad LGTBI, el llamado “dogmatismo climático”, etc. y este discurso ha ido calando en buena parte de la población. Mientras tanto, el paro, la precariedad laboral, el hundimiento de los salarios reales o la imposibilidad de acceder a una vivienda digna, se han convertido en una constante para amplios sectores.

Algunos hechos evidencian las tensiones y amenazas democráticas, sociales y culturales en las que nos desenvolvemos: enmascaramiento de la avaricia, uso de la mentira como arma política, la generación de miedos que provocan resignación e impotencia, el desmontaje de los servicios públicos, así como el creciente encajonamiento en el individualismo insolidario y perverso del “sálvese quien pueda”. Una de las consecuencias es la generalizada desafección de la política, sustentada en la expresión tópica del “todos son iguales”.
Sin embargo, la política, en su sentido más cívico, abierto y consciente, es el espacio natural donde deben resolverse los problemas que acucian a la ciudadanía. Es también la herramienta de que dispone la mayoría social para que se impulsen propuestas y medidas referidas al bienestar social, a la protección del bien común y del medio ambiente, así como a la convivencia democrática, desde una perspectiva amplia, integradora, justa y feminista.

En la ciudad de Ávila vemos cómo se proyecta sobre nosotros la sombra de las diversas crisis, y de qué manera han afectado negativamente las políticas neoliberales, cuyas consecuencias son el desastroso desarrollo urbano de Ávila, la precariedad de las comunicaciones ferroviarias, el escaso tejido industrial, la huida de los jóvenes a otras localidades por la falta de oportunidades, la escasa oferta universitaria, la pérdida de población, el deterioro de la Sanidad Pública, el cierre de pequeños comercios, la falta de dotaciones culturales, la inexistencia de una protección ambiental adecuada… entre otras repercusiones.

En este contexto global-local, un grupo de ciudadanas y ciudadanos de Ávila, conscientes del proceso histórico en el que vivimos, conociendo las lógicas dominantes que organizan e influyen en nuestro ámbito -pero considerando también nuestro potencial y de los retos a los que nos enfrentamos-, tenemos la intención de construir un espacio progresista de reflexión y acción sociopolítica.

No nos vale el “sálvese quien pueda”, tópico que disuelve la esperanza en un futuro mejor en un pozo de resignación e impotencia, y que crea el caldo de cultivo propicio para un individualismo insolidario e ineficaz. Apostamos por la cultura de la participación, buscando regenerar vínculos e ilusiones para avanzar hacia la construcción de proyectos colectivos integradores. La pluralidad, la racionalidad y la apertura constituyen el marco sobre el que fundamentamos nuestra reflexión y acción política, frente al populismo y la simplificación.
Reivindicamos la política como herramienta de participación y acción, con objeto de progresar de manera colectiva, sin dejar atrás a nadie.

Igualmente consideramos imprescindible contribuir a reforzar el tejido social, con un discurso de igualdad, de conquista de derechos, de defensa de lo público y de aspiración republicana... porque somos mayoría los que queremos una democracia plena y decidir sobre nuestro presente y nuestro futuro.

Por todo lo anterior, las personas que suscribimos este manifiesto, hacemos un llamamiento a los abulenses en general y a los actores sociales y políticos en particular, para que, desde el compromiso, la responsabilidad y la generosidad, se adhieran o apoyen la construcción de un espacio de reflexión y acción política, de naturaleza progresista, plural, democrática y abierta, que desarrolle los objetivos que se plantean en este manifiesto”.