Fue una iniciativa conjunta, el domingo, del Ayuntamiento de Arévalo, Life Duero (Confederación Hidrográfica del Duero), Plastic Omnium, Galérida Ornitólogos de Ávila, Fundación Anura y La Alhóndiga Asociación de Cultura y Patrimonio.

Un operativo compuesto por dos miembros y un vehículo de Protección Civil de Arévalo acompañaron a los participantes en la primera parte de la actividad, que se inició con un paseo desde el cementerio de Arévalo hasta el paraje del cerro de Cantazorras.. En el trayecto varios grupos de grullas, en formación de cuña, realizando su periplo migratorio, además de un milano real y otras aves, sobrevolaron por encima de las cabezas de la comitiva.

Llegados al lugar se realizó una breve explicación introductoria, poniendo de manifiesto la enorme importancia botánica de este paraje, por la existencia de Malvella Sherardiana, una planta endémica en peligro de extinción y cuya existencia solo se ha constatado en Cantazorras y en otras tres localizaciones de la Península Ibérica. Es por esta circunstancia, por lo que se ha solicitado a las administraciones pertinentes para que declaren este espacio como microrreserva de flora vascular para su protección.

Después tuvo lugar la recogida de basura en el entorno, donde había todo tipo de desperdicios, como botes, botellas, calzado, plásticos, neumáticos, cartuchos, vidrios y ropa, sin contar con cascotes o restos cerámicos. En la limpieza se tuvo cuidado en no remover el suelo para evitar dañar plantas, sus semillas o sus raíces. Plastic Omnium proporcionó a los asistentes de guantes de protección y de bolsas para almacenar la recogida.

Antes de finalizar la actividad se dieron unas breves explicaciones sobre el espacio geográfico en que se asienta el cerro, los hallazgos arqueológicos del periodo calcolítico descubiertos en la zona y sobre la toponimia de este importante emplazamiento.   

Desde lo alto del cerro también pudieron obtenerse buenas panorámicas de Arévalo, del río Adaja y de varios pueblos del contorno de la antigua Universidad y Tierra de Arévalo con los tonos característicos del otoño, especialmente en el corredor fluvial.

La actividad concluyó con refrigerio proporcionado por el Ayuntamiento de Arévalo y por Confederación Hidrográfica del Duero, mientras Plastic Omnium hizo entrega a todos los participantes de un obsequio.