Las obras, que ejecuta el Consorcio Provincial Zona Norte, supondrán un beneficio para las grandes concentraciones de aves carroñeras, especialmente buitres, que sobrevuelan la zona. El colectivo conservacionista estima que son 100 buitres negros y más de 450 buitres leonados los que “compiten por un alimento de mala calidad en el depósito de rechazos por cada nuevo vertido” después de que en los últimos años se hayan retirado los cadáveres de animales del campo”.

El presidente de Colectivo Azálvaro, José Aguilera, ha manifestado su “máxima satisfacción al ver por fin el inicio de las obras de soterramiento de la línea aérea de media tensión que da servicio al CTR”, que “se ha convertido en uno de los puntos de mayor siniestralidad para la fauna silvestre de Castilla y León”.
El soterramiento era “la única opción técnicamente viable, más eficaz y con garantía para la eliminación del impacto directo que, para las poblaciones de diversas especies amenazadas, ha supuesto hasta fecha”.

La colisión y electrocución en la línea eléctrica que abastece de energía a la planta del CTR es “una de sus principales presiones y amenazas y causa más frecuente de muerte no natural de la avifauna carroñera”. “En este punto se han producido electrocuciones y colisiones en los últimos años, de varias decenas de ejemplares de diferentes especies, especialmente buitre leonado y buitre negro”, ha explicado Aguilera.

El Colectivo Azálvaro recuerda que ante los repetidos episodios de hallazgo de ejemplares de buitre leonado, buitre negro y milano real con signos evidentes de colisión o electrocución “se impulsó la adopción de medidas de adecuación de los elementos de la línea susceptibles de corrección”.

Elementos de protección

Por eso, en 2014 y comienzos de 2015, la empresa distribuidora de electricidad Iberdrola, propietaria de la línea de suministro, acometió el montaje de elementos de protección de la avifauna, tanto en los apoyos de alineación como en las líneas eléctricas. En agosto de ese año el Consorcio Provincial Zona Norte Ávila “completó con los correspondientes elementos de protección la derivación particular en el interior de sus instalaciones”.

No obstante, continuaron los accidentes de aves, la más reciente de un ejemplar de buitre negro a mediados de octubre, por lo que “las medidas de adecuación adoptadas no resultan suficientemente eficaces”. Así, recuerdan que la orden de la Consejería de Medio Ambiente de 2018, que concedió autorización ambiental al Consorcio Provincial Zona Norte de Ávila para el CTR, incluyó las alegaciones presentadas por el Colectivo Azálvaro, entre las cuales se incluyó el soterramiento de la línea, considerando la ubicación del nuevo vaso de vertido desplegado junto a la línea eléctrica. Fue a finales de 2020 cuando el consorcio acordó acometer las obras que ahora se llevan a cabo.

Aguilera apunta que frente a “los objetivos y medidas de conservación vigentes en los espacios protegidos del entorno próximo del CTR, esta situación está provocando que muchos de los esfuerzos que diferentes proyectos de conservación que se están llevando a cabo para la recuperación de especies se vean afectadas por la mortandad causada por el Centro de Tratamiento de Residuos”.

A este soterramiento se suma la reciente “corrección de un tendido eléctrico de propiedad privada, de unos tres kilómetros, ubicada en Urraca Miguel”, en “un punto donde se habían producido electrocuciones y colisiones en los últimos años, de varias decenas ejemplares de diferentes especies, especialmente buitre leonado y buitre negro”.