Desde Aldeas Infantiles SOS trabajan para que el derecho a la salud mental infantil sea una realidad para niños, niñas, adolescentes y jóvenes, también en situación de vulnerabilidad. Para ello, ofrecen una atención psicológica individual en sus programas y servicios de terapia familiar e intervención asistida con animales.

Dentro del sistema sanitario español, la salud mental es la gran olvidada, también cuando se trata de niños. Por ello, Aldeas Infantiles SOS reclama un incremento de los presupuestos destinados a este fin, así como la incorporación de la especialidad de Psiquiatría Infantil o la creación de equipos especializados en el diagnóstico y el tratamiento de los efectos derivados del maltrato en la infancia.

En España, cerca de 300.000 niños y niñas crecen sin el cuidado parental o está en riesgo de perderlo. Un hecho que pone en grave riesgo su desarrollo emocional, físico y mental. Desde los programas de Aldeas Infantiles tratan de ofrecerles un entorno familiar protector a aquellos niños y niñas que no pueden tenerlo y para fortalecer a las familias vulnerables.

Estos menores están en riesgo de sufrir un riesgo alto de trastornos de la salud mental a causa de las experiencias traumáticas vividas que, sumadas a la situación derivada de la pandemia, sitúan la salud mental infantil en un panorama incierto y complicado.

Prevención y seguimiento

De hecho, según han apuntado desde la organización, más de 50.000 menores que crecen privados del cuidado de sus padres en España han vivido experiencias traumáticas en sus vidas y casi la mitad recibe algún tratamiento de salud mental. Por ello, es “imprescindible” realizar un seguimiento y evaluación a nivel psicológico que permita detectar el impacto de la pandemia, tratarlo y evitar problemas de salud mental a medio y largo plazo.

La formación de los profesionales a su cargo es determinante para prevenir, identificar y saber cómo actuar en cada situación. También el entorno del menor es fundamental para su correcto desarrollo emocional y para favorecer su recuperación.

Muchos de estos jóvenes atendidos por Aldeas Infantiles SOS han sufrido algún tipo de maltrato físico o psicológico, e incluso en ocasiones abusos. Además, cuando se tratan de hechos prolongados en el tiempo, los menores pueden desarrollar algún tipo de enfermedad mental, que les produzca ansiedad, depresión, problemas de atención, conducta disruptiva o aislamiento social.

Desde Aldeas Infantiles SOS consideran que la salud mental de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes es “un derecho”, que la sociedad debe “garantizar y prestar especial atención a aquellos que han tenido que enfrentarse a situaciones traumáticas” porque “sin salud mental, no hay salud”.
 

Aldeas Infantiles SOS lleva trabajando en España desde 1967 para que los niños y niñas en situación de vulnerabilidad puedan llegar a ser personas autosuficientes e integradas en la sociedad. Para ello, cuentan con varios programas donde apoyan a familias en riesgo de exclusión para que puedan proteger a sus hijos y así ofrecerles un entorno familiar protector en el que puedan crecer sintiéndose queridos y respetados. 

Además, cuando los menores no pueden vivir con sus padres, Aldeas Infantiles les ofrece un entorno familiar con una persona de referencia estable que le cuida y le de el afecto necesario para su desarrollo integral. Mientras que ofrece un acompañamiento a los adolescentes para su proceso de maduración e independencia.