Se trata del inmovilizador eléctrico denominado Taser T7, que tiene un uso disuasorio, de transmisión de impulsos eléctricos, arma prohibida excepto para personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad habilitados para ello. Agentes de la Comisaría abulense, pertenecientes a la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana, son los primeros en disponer de las primeras Taser como “instrumento idóneo para el cumplimiento de la función policial”.

Estas armas llevan una cámara unipersonal, que se activa en caso de utilización del inmovilizador, grabando tanto imagen como sonido.

Su uso es eminentemente disuasorio, de transmisión de impulsos eléctricos que afectan al funcionamiento de las capacidades motoras del organismo, enviando impulsos eléctricos de alto voltaje.

Los agentes que las porten han tenido que realizar una formación para su uso, incluyendo en la práctica la manipulación, el mantenimiento y la correcta utilización, además de conocimientos teóricos sobre los procedimientos de trabajo, normas jurídicas y la operativa policial aplicada a su utilización.

Reservada para algunas situaciones

Según se ha destacado, la Taser “quedará reservada para situaciones de extrema y urgente necesidad, en las que se tenga reducir, inmovilizar o detener a la persona que muestre una actitud violenta, poniendo en peligro la integridad de terceras personas, del personal policial, o la propia seguridad ciudadana, de manera que sea el inmovilizador la alternativa más idónea, necesaria y proporcional, evitando así consecuencias que podría producir la utilización de otros métodos de reducción potencialmente más lesivos”.

El dispositivo, con formato de pistola, tiene un dispensador como mecanismo de activación, un fiador de seguridad, elementos de puntería, y un sistema de iluminación. 

Todo uso del inmovilizador eléctrico quedará registrado de forma que permita su auditoria, quedando el registro bajo custodia de los responsables de telecomunicaciones de las dependencias policiales.