Esas etapas se repasan salteadas con capítulos explicativos de la forma de vida en las cañadas como el campamento; el equipo humano y animal; la comunicación y la desconexión de la vida urbana; un episodio dedicado a Gredos y Extremadura o a los antiguos trashumantes.

Según ha explicado Muñumer, los capítulos recogen "aquellas preguntas que la gente que no sé dedica a la trashumancia le hacen de forma recurrente". Además, los autores piensan que la naturaleza es un punto importante dentro de la trashumancia y, por eso, han intentado describir la belleza de los paisajes.

El objetivo del libro no es otro que el de “dejar constancia escrita de la trashumancia en el siglo XXI”. Muñumer apuntaba que existen muchas obras dedicados a la trashumancia, sin embargo, "la mayoría están escritos en pasado" cuando se trata de “algo muy vivo”.

“Hay muchos libros. Están muy bien documentados e ilustrados, pero todo el mundo cuenta la trashumancia en tercera persona o desde la lejanía. Hablan de cómo lo hacían sus abuelos o cómo cuando eran muchachos hacían su primer cordel”, dice Muñumer, quien considera que “las cosas interesantes hay que contarlas de primera mano”. “La gente habla en pasado como si fuera algo muerto, algo que ya ha terminado, pero no es así. Está muy vivo, nos queda mucho que decir”, ha explicado.

‘Cordel trashumancia viva’ no sería una realidad de no ser por el fotógrafo Antolín Avezuela, quien tras cubrir varios reportajes y proyectos sobre la trashumancia acompañado de Muñumer, le animó para plasmar en un libro “todas sus vivencias y aventuras”. “Antolín siempre decía tenéis historias para escribir un libro y al final de esas conversaciones y esa insistencia plantó la semilla que me hizo ponerme a ello”, confiesa