Esa patrulla realizaba un servicio de seguridad ciudadana cuando recibió el miércoles el aviso de que un hombre amenazaba con arrojarse de un puente ubicado en el cruce de las carreteras AV-902 con la AV-913.

Ya en el lugar de los hechos, los agentes observaron a un hombre subido en un muro de piedra que limita con el puente, a una altura de unos 15 metros, gritando que se quería morir y que iba a saltar. Los agentes, junto con los servicios sanitarios, trataron de calmarle sin éxito, ya que continuó gritando y amenazando con tirarse al vacío si no se alejaban.

Poco después pasó por el lugar el sargento comandante del puesto de la Guardia Civil de Burgohondo, que disfrutaba de su día de descanso, quien, al observar lo que sucedía, se acercó para tratar de colaborar para solucionar la situación.

El mando de la Guardia Civil, de paisano, se acercó al hombre, se identificó e inició una conversación con él que le hizo calmarse y ganarse su confianza. 

Eso contribuyó a que, en un momento de descuido del hombre, el sargento consiguiera sujetarle los brazos, lo atrajera hacia él y le bajara del muro con rapidez. En ese momento, la patrulla de servicio, con la colaboración de un policía y otro guardia civil, ambos de descanso en la zona, ayudaron también al mando del instituto armado.

Tras ser inmovilizado, los servicios sanitarios administraron al hombre una medicación y le trasladaron al cercano Centro de Salud de Burgohondo.