El acto tuvo lugar el sábado en la Plaza Mayor después de la subida de San Marcos, dentro de las actividades del Agosto Cultural.

Después de que la alcaldesa, Visitación Pérez Blázquez, solicitase guardar un minuto de silencio por todas las personas fallecidas desde la pandemia hasta ahora, se entregó un cuadro con la Picota, símbolo concedido en 1759 por el rey que otorgaba el título de villa al municipio, escudo actual de El Hornillo.

Esta distinción la recibieron la tienda de ultramarinos, en las personas de Mari Carmen y Jorge Moreno Jara; la farmacia, a María Teresa Lucas y Miguel Ángel Figueroa; la directora, Mari Carmen Corral, y las trabajadoras de la residencia San Marcos; el Centro de Salud de Arenas de San Pedro, con los sanitarios, ambulancias y trabajadores del centro; a los vecinos César Barrero e Iván García por baldear con su tractor las calles del pueblo; y a los vecinos, empresarios y al Ayuntamiento de Cebreros por la donación de las mascarillas que confeccionaron para los hornillentos.

También ha habido un reconocimiento a Juan Jiménez, paisano, “por la donación de mascarillas para todo el pueblo cuando era tan difícil conseguirlas”. En ese punto hubo unas emotivas palabras: "es fácil intentar ayudar cuando la causa y sus gentes lo merecen. Agradecido y privilegiado. Recuerdos para los que nos dejaron en esta pandemia. Nos vemos en los carriles”.

“A todos ellos”, ha expresado la alcaldesa, “darles las gracias porque estuvieron al pie del cañón ayudando al resto de vecinos y vecinas, llevándoles comida, medicamentos,  compañía y atendiendo todas las necesidades, sobre todo de los que se encontraban solos en su casa cuando no se podía salir a la calle”.