Hernández ha agradecido la labor de los brigadistas, los técnicos, conductores de autobombas, Cruz Roja o Protección civil por su colaboración para la “rápida extinción o el realojo ordenado de El Hoyo de Pinares”. Esta reunión forma parte de “ese proceso de mejora constante” para “minimizar los efectos de los fuegos y seguir trabajando con carácter preventivo”.

En lo que va de verano, la provincia de Ávila ha sufrido cinco grandes incendios, de los cuales, tres de ellos han sido catalogados con un nivel 2 de peligrosidad. Además, la situación tampoco parece mejorar para las próximas semanas, pues “se prevé una nueva ola de calor”. A las condiciones meteorológicas hay que añadir otros factores “externos” como las imprudencias.

“Las administraciones tenemos la obligación de tener todo dispuesto para planes de autoprotección de los propios municipios y agilizar los procesos para que los servicios de extinción dependientes de otras administraciones se incorporen al operativo”, apunta.

Fuera de los cascos urbanos

“Tenemos margen de mejora”, confesaba Hernández, que quiso también elogiar al operativo porque “si vemos el perímetro de los incendios existen curvas para alejarlos de los casos urbanos” y esto sucede por una razón y no es por el azar es porque “el operativo se ha volcado por defender los bienes y las vidas de las personas”.

“Todas las administraciones tenemos una labor conjunta para hacer frente a circunstancias como el cambio climático, y crear una línea de defensa más allá del propio operativo, que actúa con absoluta eficacia”, ha señalado.