Magistrales, demostraron que la consideración que acumulan en sus 40 años de trayectoria de música polifónica está justificada totalmente. Cinco voces masculinas, cinco femeninas, y Peter Phillips al frente en el marco del Monasterio de Santo Tomás con un programa en el que brilló Tomás Luis de Victoria.

Piezas a cuatro voces y otras a ocho, ante los 350 asistentes que, embelesados, siguieron el concierto desde la nave central del Monasterio de Santo Tomás, con ovaciones constantes ante un cántico de ángeles.

Unas 30  personas se quedaron sin poder escucharlos, algunos incluso llegados de fuera de Ávila, ya que las 60 entradas que no se habían expedido por internet se vendieron en diez minutos.

El hito de haber incluido en el festival Abulensis a este grupo de culto, y coincidiendo en su 40 aniversario, será difícil de superar de cara a próximas ediciones.

La formación polifónica creada en 1973, cuando un grupo de estudiantes se reunían para cultivar su afición de cantar, ofreció un recital de hora y media y, tras casi diez minutos de ovación, concedieron un bis: ‘Versa est in luctum’, de Antonio Lobo, un coetáneo de Victoria.

Como un lujo escucharlos en Ávila fue la definición que dieron algunos espectadores, y como una expectativa que no defraudó, sino todo lo contrario, lo que dijeron otros.