Lumbreras, coleccionista de arte y promotor de la Fundación Lumbreras-Adrastus y del futuro museo de arte contemporáneo Collegium en Arévalo, ha recordado cuando era niño en la localidad, “hace más de 50 años”, y veía “muerto de miedo” los gigantes y cabezudos desde un balcón de la plaza del Salvador, y cuando en un encierro nocturno sufrió un revolcón.

También rememoró cuando salió de la localidad morañega a “hacer las Américas” y “buscar un futuro y oportunidades”. “¿Sabéis lo que llevaba por dentro? Arévalo”, se respondió a su pregunta.

El pregón estuvo interrumpido por miembros de algunas peñas, que gritaron “¡Paco León, dimisión!” contra el alcalde, Francisco León. Las críticas vienen del cambio de concesión de la plaza de toros, pero algunos de los que protestaban confesaron que desconocían el motivo de la protesta.

A pesar de las interrupciones, el pregonero continuó: “las fiestas de Arévalo significan construir comunidad. Construir comunidad es importante”. Y recordando la historia de Arévalo y de la Moraña, afirmó: “no digo que vayamos a ser el ombligo del mundo otra vez, pero hay oportunidades”.

Y después se refirió al proyecto de un museo de arte contemporáneo, aunque reconoció: “no me gusta la palabra museo”.

“Vamos a disfrutar con nuestros amigos de las fiestas. A pasárselo bien, que vienen las fiestas”, animó, para concluir ‘¡viva San Victorino!, ¡viva Arévalo!”!, lo que fue vitoreado por cientos de personas que se congregaron a las 22,30 horas del viernes ante los balcones del Ayuntamiento arevalense.

Entonces se lanzó el chupinazo y las peñas han seguido a la charanga La Vareta hasta la plaza del Arrabal, donde ha actuado la Orquesta La Gran Rockset. Las fiestas se prolongarán hasta el domingo 10. VER PROGRAMA DE FIESTAS DE SAN VICTORINO.