Así lo señala el séptimo censo de avión común, realizado por el grupo de estudios ambientales García Ornitólogos, integrado por los arevalenses Javier García Sáez y David García López, que han contabilizado un total de 694 parejas reproductoras de esta ave, lo que supone 34 más que el año pasado.

La buena noticia para el proyecto de conservación de esta especie, contrasta con el descenso del 40% acumulado desde 2016, cuando comenzó este trabajo sobre la nidificación del avión común en Arévalo, que destaca el hecho de que no se han mantenido las mismas ubicaciones de los nidos.

Tanto Javier como David García concluyen que parte de la caída del 40% se puede achacar a "la destrucción directa e ilegal de los nidos por el hombre" y que en al menos dos edificios, en los que se han destruido "gran cantidad de nidos años atrás", las aves no los han vuelto a construir en los últimos dos ejercicios.

Los responsables del estudio destacan que la presencia de estos nidos en los edificios "es más beneficiosa que perjudicial para el hombre", ya que estas aves "reducen el número de insectos de forma natural, llegando a consumir cada día 800 insectos, que en peso puede suponer unos 20 kilos al año".

Concienciación

En este sentido, defienden la necesidad de "una concienciación ciudadana y de compromiso y divulgación" por parte de las autoridades ambientales y municipales sobre "la beneficiosa labor insecticida de los aviones comunes".

Asimismo, recuerdan que las legislaciones española y europea protegen a estas aves, sancionando con multas que van desde los 5.001 hasta los 200.000 euros la destrucción de los nidos en época de cría e incluso el Código Penal tipifica su destrucción como delito.

Existen soluciones en el mercado para proteger los edificios de los excrementos y en todo caso, se necesitaría autorización para retirar los nidos, siempre fuera de la época de cría, concluyen.