Todo el mundo lo sabe, “el verano la sangre altera”, pero en muchas ocasiones no sabemos porque realmente pasa eso. Lo notamos, pero no somos conscientes de lo que nos pasa en el organismo para que el deseo sexual aumente en ocasiones en porcentajes importantes.

Lo primero que tenemos que decir es que las horas de luz activan de manera directa las hormonas y neurotransmisores, los cuales están relacionados directamente con el placer. Por ese motivo, cuando en verano disfrutamos de más horas de sol, el deseo sexual se ve incrementado de manera importante. Es algo natural y no lo podemos evitar.

La química sexual cambia a lo largo del año

Tras muchos estudios y comprobaciones, se ha podido demostrar que la química sexual cambia a lo largo del año. Tras los últimos estudios hemos podido comprobar que, durante el verano, la actividad sexual y los flechazos aumentan de manera importante. Eso va ligado directamente con el número de horas de sol.

Como nos comentan desde este portal de Tantra Palace, el número de clientes que acuden a sus centros a disfrutar de un masaje erótico aumenta en verano. Eso se debe a que el deseo sexual es mucho más grande durante las épocas de más horas de sol y de calor. Aunque cualquier momento es bueno para disfrutar de un buen masaje acompañado de los mejores masajistas. Por ese motivo, el centro de Tantra Palace está abierto durante todo el año.

Si nos ponemos a estudiar algunos estudios, uno de los que más nos han llamado la atención ha sido el de “Estacionalidad de la reproducción humana”. El mismo ha demostrado que en muchos países los nacimientos siempre crecen tras pasar 9 o 10 meses tras la época de calor. Sobre todo, pasa en los países en los cuales el clima es templado y frío. Eso hace que las parejas en verano tengan más deseo sexual y ese deseo en muchos casos se ve transformado en embarazos y posteriores nacimientos.

Por supuesto, el deseo sexual no se ve incrementado en verano en todas las personas. Todo está ligado al estado de ánimo, necesidades, interacciones… Eso quiere decir que, dependiendo de la persona, el deseo sexual se puede ver plasmado de una manera u otra. Pero lo que está claro es que, a partir de la primavera, el deseo suele incrementarse, siendo el punto más fuerte en verano. Y una vez pasado el mismo, en otoño comienza a descender porque bajan las temperaturas y el número de horas de sol. Pero lo que queremos dejar claro es que no todas las personas tienen la misma predisposición a esos cambios.

En verano aumentan los flechazos

Todo el mundo ha podido darse cuenta como el número de flechazos aumenta de manera considerable en los días de más calor. Eso se debe a la testosterona, la cual se ve incrementada cuando aumenta el número de horas de sol.

La testosterona es la que provoca que el número de flechazos aumente de manera considerable y eso se produce sobre todo en el verano. Y eso se debe a que las hormonas masculinas se liberan con mucha más facilidad cuando el número de horas de sol y las temperaturas aumentan.

También tenemos que dejar claro que la testosterona no solo influye en el deseo sexual. También incluye el neurotransmisor y la serotonina. Ambos aumentan con el verano.

A todo lo anteriormente mencionado hay que sumar el aumento de las feromonas, las sustancias que desprendemos por la piel. Esas feromonas se encargan de llamar la atención de la persona del otro sexo, por lo que en cierta manera se puede decir que funcionan como imanes sexuales. Como en verano se enseña más la piel, la distribución de las feromonas es más sencilla y en consecuencia es más fácil llamar la atención de las otras personas. Y, en consecuencia, se consigue que los flechazos sean más sencillos. Por supuesto, hay diferentes tipos de feromonas. Eso quiere decir que, dependiendo de la química, puede que nos atraigan o no. En cierta manera se está investigando porque no todas las feromonas atraen al mismo tipo de personas. Eso podría explicar porque a una persona le atrae otra y a otra no. O lo que es lo mismo, gracias a la variedad de tipos de feromonas, puede haber gustos para todo tipo.

Otro dato que nos ha llamado la atención es el ofrecido por la revista científica especializada The Journal of Reproductive Rhythms. En la misma se estima que cuando el sol dura al menos 12 horas, el deseo sexual aumenta. En cambio, cuando baja de ese número de horas, el deseo disminuye, cosa que sucede en invierno.

¿El deseo sexual es más que química?

La respuesta es sí, aunque la química es muy importante, hay más cosas importantes además de las hormonas y neurotransmisores.

Para que el deseo sexual sea fuerte, es importante que las emociones profundas sean fuertes. Por ese motivo, si una persona está deprimida, no verá incrementado su deseo sexual. En cambio, cuando está alegre, ese aumento del deseo sexual será mucho más sencillo. Por ese motivo, la energía sexual va variando a lo largo de las horas y días. Además, se estima que las fases de la luna también nos podrían influir más de lo que pensamos, al igual que sucede con otras especies de animales.

Lo que sí podemos decir es que en verano el deseo sexual aumenta y en consecuencia los flechazos y las relaciones sexuales. Pero ese incremento no se da de igual manera en todas las personas. Pero lo que está claro es que cuando nuestro deseo sexual aumenta, normalmente estamos de mejor humor y afrontamos el día a día con mucha más ilusión. Por ese motivo, en verano solemos estar más felices.