Unas 1.200 personas han asistido a la eucaristía celebrada en la Catedral, a cuyo término ha partido la procesión, encabezada con la representación de cada una de las cofradías procedentes de los barrios de la ciudad y la Banda de Cornetas el Amarrado.

Luego han desfilado los cerca de 200 niños que han recibido el sacramento de la primera comunión en las últimas semanas y que han ido agrupados por parroquias, dando paso a la valiosa custodia de plata de Juan de Arfe, acompañada por el cabildo catedralicio con el obispo, José María Gil Tamayo, a la cabeza.

La representación municipal ha tenido al frente a la concejala socialista Eva Arias portando la antigua bandera de los voluntarios de la ciudad. Esta atribución corresponde al concejal de la Corporación municipal más joven, que es la socialista Azucena Jiménez, que no ha participado en el acto, como tampoco lo ha hecho el popular Miguel Encinar, el segundo de menor edad. El tercero más joven es el alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, que no puede por razón del cargo, por lo que ha correspondido a Arias ser la abanderada.

Después de salir por el arco del Peso de la Harina, la comitiva ha hecho un alto en el primer altar levantado en el recorrido, tras las escaleras de la Catedral, por parte de la Hermandad de Nazarenos Jesús Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella. VER FOTOS DE LA PROCESIÓN DEL CORPUS.

Sin el Mercado Grande

A causa de las obras en el suelo del Mercado Grande, la procesión no ha dado la vuelta a la plaza. Ante el arco del Alcázar se encontraba el altar de la Real e Ilustre Archicofradía de Nuestro Padre Nazareno Jesús de Medinaceli, que otras veces levanta junto al monumento de la Palomilla, y donde se ha rociado la custodia de pétalos de rosa.

La procesión, que era cerrada por la Banda de Música de Ávila, ha seguido hasta la plaza Teniente Arévalo, donde estaba el altar del Ilustre Patronato de la Santa Vera Cruz, creado con el paso de la santa cena de la Semana Santa, y después hasta la parte de atrás de la iglesia de San Juan, donde se encontraba el de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza, alfombrado de tomillo.

Además de las paradas ante los altares, la procesión ha hecho otras tres estaciones más de adoración eucarística al Santísimo, en el arco del Alcázar, coincidiendo con el altar de Medinaceli, en el Mercado Chico, y en la plaza de la Catedral, con la bendición con el santísimo a todos los asistentes y con la que ha concluido la celebración del Cuerpo de Cristo.