En concreto, se han realizado tres ejercicios: el primero de ellos, el objetivo era localizar a una persona que ha sufrido un accidente mientras hacía deporte; posteriormente, los agentes han tenido que buscar a una persona con alzheimer desorientado por las inmediaciones de la Escuela de Policía y, por último, una mujer da un aviso a través de su teléfono de que su expareja le ha secuestrado. En todos estos casos, el aviso se lanza a través de la aplicación para dispositivos móviles, Alertcops.

Una aplicación que “coordina a todas las unidades intervinientes en un dispositivo de búsqueda” y permite una “interacción más directa con los operadores” y “se puede enviar fotografías de los vestigios que se van encontrando a lo largo de la búsqueda en tiempo real”, según ha explicado la inspectora jefa Merino, quien ha detallado a los medios de comunicación las tres intervenciones.

Simulacros

Durante el aviso del deportista herido, el dispositivo se puso en marcha tras la alerta de un familiar. Durante la prueba, 26 futuros agentes junto a los medios aéreos y guías caninos tienen que batir la zona de inspección, encontrando indicios y pruebas y actuaron conforme al protocolo establecido por la Policía Nacional.

En el segundo caso, un familiar de un En la primera de ellas, un familiar de un paciente de alzheimer pierde su supervisión durante unos minutos, por lo que mediante, su teléfono móvil utiliza AlertCops para enviar una alerta y compartir su ubicación. Recibe instrucciones por chat, aporta información y, además, envía foto de su familiar a la Sala del 091.

Posteriormente, se remite un Aviso Geo con la foto de la persona desaparecida e información al respecto. En este ejercicio han participado 29 alumnos, además de medios aéreos de la Policía Nacional, que actuarán con un dron al que incorporan una baliza wifi para detectar la señal del teléfono de la persona desaparecida en una zona alejada y sin cobertura. Por otro lado, los guías caninos realizarán la búsqueda de la persona desaparecida con un perro de rastreo.

En la tercera y última prueba, una mujer víctima de violencia de género es retenida en contra de su voluntad en el vehículo de su agresor. El aviso lo lanza la propia afectada a través del botón SOS de la aplicación, a través del cual se graba la conversación que tiene con su agresor durante el secuestro.

La Policía Nacional ubica la geolocalización del dispositivo móvil que, en este caso, pueden comprobar que va en un vehículo debido a la velocidad y pronto buscan al posible sospechoso procediendo a su detención por las calles de Ávila.