Los trabajos se han llevado a cabo con una inversión conjunta del fondo extraordinario de la Junta y del Ayuntamiento de la localidad.

“La reurbanización se ha contemplado como un proyecto de regeneración urbana a partir de un patrimonio edificado, con el objetivo de crear nueva actividad en dicho entorno, apostar por la recuperación del casco antiguo y el embellecimiento de sus calles y plazas”, según el alcalde, Carlos Montesino, que destaca “un mayor aprovechamiento del entorno para viandantes, reducción del tráfico rodado, dotación de mobiliario urbano, así como la mejora de la permeabilidad del ámbito con el entorno urbano inmediato”.

“Conseguir un espacio más accesible y donde el peatón tenga prioridad”, ha sido el objetivo.
La plaza “se transforma en un espacio de uso público con un valor añadido, capaz de seguir siendo objeto de cuantas actividades y manifestaciones culturales y festivas se realizan en ella”, según el concejal de Urbanismo, Miguel Hernández.

Saneamiento

Dado que ha habido que levantar todo el pavimento, “hemos aprovechado esta coyuntura para la renovación de la red de saneamiento, ya que había indicios de problemas en el vertido de algunas viviendas del entorno saneamiento municipal, llegando las aguas sucias a la red de riego”, y de este modo “el problema queda solventado”. 

La plaza Mayor es “un tesoro y un atractivo turístico que tenemos que cuidar”, ha señalado el concejal. “Para garantizar la conservación de los edificios considerados singulares como el conjunto urbano que forman, la plaza se encuentra protegida como espacio público suponiendo mayores limitaciones en la edificación permitida”, ha destacado.

Este espacio “se declara como de urbanización especial con el fin de conservar la armonía del conjunto”, por lo que “los propietarios de edificios o solares enclavados en dichos lugares no podrán modificar las construcciones, ni edificar otras nuevas, sin someterse a cualquier ordenanza especial, que previos los requisitos reglamentarios pueda aprobarse en cada caso”.