Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
La Audiencia Provincial de Ávila ha celebrado un juicio por un delito de lesiones en el que se piden cinco años de prisión para los dos acusados.
Los hechos juzgados sucedieron en enero de 2020 en la localidad de Navalperal de Pinares, donde un padre y un hijo habrían agredido a dos hermanos “causándoles varias secuelas”, las cuales, “empeoran su calidad de vida y les limita en su día a día”.
Así lo ha reflejado las defensas de los dos hermanos, que en un primer momento también se sentaron en el banquillo de los acusados ante la denuncia del padre y del hijo, la cual aseguraba que fueron ellos quienes habían iniciado la pelea y que sus lesiones eran fruto de “un forcejeo” o en su defecto de su “defensa”. Sin embargo, la defensa del padre y el hijo retiró la acusación porque “querían olvidarse de los hechos lo antes posible”.
Esta decisión no sirve como atenuante para el Ministerio Fiscal, que considera que los hechos son constitutivos de un delito de lesiones (del artículo 147.1 del Código Penal) y de un delito de lesiones con la utilización de armas o elementos peligrosos (del artículo 148.1 del Código Penal). Y es que, el padre y el hijo habrían utilizado un palo o rama de “grandes dimensiones” tanto de tamaño, un metro, según los agentes de la Guardia Civil que testificaron, como de grosor.
Un hecho que para la defensa es “totalmente falso”, ya que debido a la “fortaleza” y “el tamaño” de los agredidos, las lesiones deberían de haber sido “más importantes” y no ser heridas “superficiales”. El letrado dudó hasta de la existencia de ese palo en el lugar de la agresión, pues fue visto “cinco horas más tarde” por los agentes de la Guardia Civil, cuando estos acudieron (por primera vez) acompañados por la hija de una de las víctimas.
Tanto el padre y el hijo como los hermanos se dedican a la ganadería y esto fue lo que propició la discusión entre los cuatro. Y es que el ganado de los hermanos invadía las fincas de los procesados, a pesar de los continuos reproches “de varios vecinos”. La agresión habría sucedido en una de las entradas de la finca de los hermanos.
Cinco golpes en la cabeza con un palo
El argumento central de la acusación particular se centraba en las lesiones y secuelas de ambos hermanos. El primero de ellos sufrió una rotura nasal, artritis en una muñeca y pitidos en el oído izquierdo, donde habría recibido un puñetazo, mientras el otro hermano padeció una rotura de bíceps, por la que tuvo que ser operado, y una “herida superficial en la cabeza”, a pesar de que los implicados aseguraban que habían propiciado “cinco golpes” con el palo en la cabeza de éste.
Sobre las secuelas, la artritis de la muñeca le “impediría desarrollar su trabajo con normalidad” y “pedir ayuda en algunas labores”, la rotura nasal le habría creado algunas molestias respiratorias y los pitidos eran “constantes”. Por otro lado, la acusación particular pide por la cicatriz producida por la operación de la rotura del bíceps que se aplique el artículo 150 del Código Penal, el cual, refleja una agresión con “pérdida o inutilidad de un miembro no principal o deformidad grave del mismo”. Un hecho, que tanto la Fiscalía como la defensa, ven "desmesurado".
La defensa, de hecho, va más allá y considera que los hermanos “no presentan ninguna lesión objetiva”, ya que se tratan de “dolores subjetivos”.
Penas solicitadas
Por todo ello, el Ministerio Fiscal ha solicitado, al final del juicio, que se alargó durante seis horas, cinco años de cárcel para el padre y el hijo (dos años de prisión por el delito de lesiones y tres por el delito de lesiones con un instrumento peligroso). Asimismo, solicita la accesoria inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo por el tiempo de la condena, orden de alejamiento de las víctimas y una inmediación que roza los 40.000 euros (entre la suma de las lesiones y secuelas de ambos acusados y Sacyl).
Por su parte, el letrado del padre y del hijo ha pedido la libre absolución y ha explicado que los acusados habían ingresado unos 15.435 euros a los hermanos con el objetivo de “disminuir el daño”. Esta cifra fue valorada por uno de los tres peritos que testificó en el juicio.
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