La primera ‘levantá’, tanto de la imagen de Jesús Redentor ante Caifás como de la Virgen Nuestra Señora de la Estrella, estuvo dedicada “a toda la gente que se ha llevado la pandemia” y, en el caso de la virgen, para que “les ampare y los acompañe en el cielo”.

El reloj marcaba las cuatro de la tarde, hora de inicio de la procesión y, tras la llamada en Las Gordillas de un nazareno de la hermandad. Se abrían las puertas del templo, donde 14 minutos después el paso de Nuestro Padre Jesús Redentor ante Caifás apareció la mirada de los allí presentes.Mientras colocaban los últimos detalles como las velas y candiles o la corona de Jesús, la Banda de Cornetas y Tambores de El Amarrado marcaba los primeros compases del desfile.

Casi una hora más tarde la Virgen de Nuestra Señora de la Estrella salía de Las Gordillas. Primero, algunos costaleros esperaban a la puerta con el palio que adorna dicho paso, mientras que el resto de rodillas avanzaba lentamente hacia el exterior.

“¡Al cielo, pero de verdad, que lleva tres años sin salir!”, ha exclamado el capataz tras dedicar la ‘levantá’ a las personas que perdieron la vida durante la pandemia. Tras la salida, los costaleros tuvieron que sortear los pasos de la escalera hasta llegar al inicio de la calle, donde les esperaba una ‘petalada’ desde los balcones de las casas situadas enfrente de Las Gordillas.

Una partida emotiva por su dificultad y también por la espera, después de dos años de parón por la Covid-19. Tras la salida de la Iglesia de Santa María de Jesús Las Gordillas, los pasos procesionales fueron al convento de Las Madres, donde realizaron su estación de penitencia para ir hacia la plaza Italia y la calle San Segundo. Posteriormente, la Hermandad de Nazarenos de Jesús Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella llegó a la plaza de Santa Teresa y volvió, acelerando el paso ante las primeras precipitaciones, a la iglesia de Las Gordillas por la calle San Juan de la Cruz. VER FOTOS DE LA PROCESIÓN DE LA  ESTRELLA.