Las actividades académicas son un refuerzo de los conocimientos adquiridos, necesario durante el proceso de aprendizaje. Sirvan para ayudar a interiorizar nuevos conocimientos, y desarrollar nuevas habilidades poniendo en práctica la teoría. Hay muchos tipos de actividades académicas diferentes, pero todas tienen en común que:

1. Son propuestas por el profesorado, de acuerdo con el plan de estudios.
2. Se desarrollan dentro del ciclo escolar, pero fuera del aula.
3. Sirven para ayudar a comprender en profundidad los nuevos conocimientos teóricos.
4. Con ellas se puede poner en práctica lo aprendido.

Los enfoques dados a cada actividad académica dependen del sistema de enseñanza utilizado, es decir, la metodología didáctica. En general,  todos se articulan entre dos puntos extremos: dejar que el alumno utilice sus propios recursos para llegar al autoconocimiento del medio, experimentando por sí mismo; o seguir un modelo de enseñanza basado en clases magistrales.

Tipos de actividades académicas

Dependiendo de la clase de contenidos que aportan y el formato que utilizan, existen múltiples tipos de actividades académicas. El primero es fácil de definir: puede tratarse de actividades teóricas o prácticas. El segundo, depende del nivel de enseñanza y la autonomía de los alumnos. En los estudios universitarios superiores, se pueden considerar desde la asistencia a conferencias hasta los viajes de estudios.

La clase de actividad académica más frecuente para cualquier formación, son las denominadas “tareas” o “deberes”. Se entienden como una responsabilidad del alumno (a menudo valorable para calificación) que comprende ejercicios, resolución de problemas, lecturas comprensivas… que normalmente se exige que el alumno presente o demuestre en un plazo de tiempo, en coordinación con el transcurso de las clases.

A veces, algunos de estos deberes son en realidad técnicas de estudio destinadas a promover en el alumno un hábito de trabajo que le permita consolidar y ampliar los conocimientos que va adquiriendo: se trata de los resúmenes y las ampliaciones de temario, que funcionan de manera complementaria.

Comprender para memorizar y aprender por uno mismo

Aunque aparentemente puedan parecer dos cosas muy diferentes, los resúmenes y las investigaciones dirigidas sobre un tema son parte de un mismo proceso. Mientras que los resúmenes se centran en hacer al alumno “reducir a lo esencial” un tema dado, las investigaciones dirigidas utilizan la base establecida por los resúmenes para añadir nuevos datos y líneas de conocimiento que el alumno alcanza por sí mismo.

Según la experiencia de https://hazmitrabajo.es/ Durante la educación obligatoria y el bachillerato, primero los resúmenes y luego los trabajos, son dos de las actividades académicas de tipo teórico más frecuentes. Lo que muchos alumnos universitarios no comprenden, es que en los estudios superiores se espera que lleven a cabo estos procesos por sí mismos. En realidad, en esto consisten los apuntes: tomar notas resumidas a lo esencial de lo explicado en clase y complementarlo luego buscando información adicional sobre el recién conocido tema, en la biblioteca.

Actividades académicas universitarias

Las universidades ofrecen una amplia gama de actividades académicas complementarias a la formación teórico-práctica de sus alumnos. Su cometido va más allá de la mera asimilación de conocimientos, ya que traslada su ámbito de desarrollo a un entorno social y profesional especializado. Jornadas académicas, congresos, visitas a empresas, exposiciones y muestras, cursos específicos, talleres, concursos… suponen un contacto real con los nuevos conocimientos adquiridos y sus fuentes de producción.