“Lo importante es la organización en el dispositivo”, asegura José Ángel Sánchez López,  jefe de la Policía Local de Guadalix de la Sierra (Madrid), y responsable del operativo práctico que en la mañana del domingo se ha desplegado como final del XXXIX Curso de Búsqueda de Personas Desaparecidas, en el que se han dado cita 260 participantes, entre agentes de distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, integrantes de agrupaciones de Protección Civil, de asociaciones de montaña, bomberos y agentes forestales.

“Indicio”, era la voz que se ha oído cuando alguno de los 180 rastreadores ha visto algún detalle que podía llamar la atención sobre la ficticia búsqueda de un hombre de 82 años con Alzheimer. La primera clase práctica ha transcurrido a primera hora desde el embalse de Fuentes Claras hasta el Molino de la Losa. La segunda desde el parque de El Soto hasta el puente Adaja y, la tercera, en la zona de Fuente Buena, en una superficie de tres hectáreas.

Allí han hecho una gran hilera de 180 personas para avanzar en la búsqueda y, unos por delante y otros detrás, han ido peinando la zona. Eso sí, haciendo paradas porque se trataba de un simulacro y una maniobra de aprendizaje y había que atender las explicaciones.

La aparición de una funda de gafas ha motivado escuchar “indicio”, por si pudiera tener relación con el hecho. También el hallazgo de unas botas de mujer, lo que ha considerado irrelevante ya el supuesto protagonista del hecho era un anciano.

En el curso se han ofrecido “herramientas y operativa para trabajar en el campo” y “ofreciendo referencias para localizar indicios o vestigios sobre el terreno, como restos óseos, y hemos preparado altares improvisados y excavaciones de cara a localización de una persona, en este caso representado por un muñeco”.

Al final la batida ha concluido cerca del manantial de Fuente Buena, cuando se ha hallado casi escondido debajo de una roca un maniquí que representaba al anciano desaparecido.