La colaboración entre World Central Kitchen y la Federación de Hostelería de Ávila comenzó con el incendio de la Sierra de la Paramera en agosto de 2021. Fue entonces, cuando la organización del chef José Andrés y los hosteleros abulenses volcaron sus recursos en realizar y distribuir bocadillos a las personas afectadas por el fuego.

Desde entonces, ambas organizaciones han mantenido un contacto estrecho colaborando en otras emergencias como el volcán de La Palma o los Monzones en Asia. Y ahora, la invasión a Ucrania. “Cuando empezó la invasión de Ucrania, yo estaba como todo el mundo, pensando en cómo podíamos ayudar y mandé un mensaje a la responsable de la organización en España (WCK), que rápidamente nos explicó cómo ayudar”, explica el presidente Federación de Hostelería de Ávila, Fernando Alfayate.

En un primer momento, “necesitaban transporte para poder llevar el material que ya tenían recogido” en otras provincias de España. Fue entonces cuando Alfayate llamó a Juan José Pérez, trabajador de una empresa de transportes, para pedirle “chóferes y camiones que llegarán a Ucrania”.

Posteriormente, “pidieron más colaboración” y necesitaban “conseguir localizar a alguien que pudiera fabricar con garantías y pasterizar unos 100.000 menús para mandarlos a la frontera”.  “Conseguimos un par de empresas de Ávila que nos aseguraron que podían hacer 20.000 menús a la semana, pero finalmente se unieron otras compañías de Madrid que garantizaban todas las comidas”, explica Alfayate.

“Entre unos y otros se iba consiguiendo la ayuda” que se necesitaba “ajustando plantillas” y “haciéndolo en tiempo récord” porque “lo más urgente era enviar” los materiales “el dinero era secundario”, eso sí, parte de esa ayuda estaba financiada por World Central Kitchen. El rol de la Federación de Hostelería era poner en “contacto a proveedores y las ONG” para poder agilizar la ayuda porque “retrasarse unos minutos” puede suponer “horas y días” de atraso.

“Los hosteleros tenemos una gran agenda de contactos. Por un bar pasa cualquier persona, desde un empresario, un político o la persona más humilde. Si no conocemos a quién pueda ayudar, conocemos a alguien que conoce a otra persona que lo puede hacer”, señala Alfayate.

Capacidad para hacer cosas

Entre esas ayudas, además de la empresa de transportes, la Federación de Hostelería ha conseguido que una empresa abulense “paralizara” su producción para “crear carpas para enviar a Ucrania y así montar puestos de alimentos”. “Se han arriesgado en una temporada de pleno rendimiento porque ahora es cuando hay muchos eventos. Y lo han hecho por solidaridad”, afirma.

La empresa encargada de rotular los camiones con el logotipo de World Central Kitchen y con la frase “ayuda humanitaria” también es abulense. “En Ávila, tenemos capacidad de hacer cosas muy importantes”, dice. La Federación de Hostelería de Ávila también se ha puesto en contacto con ACCEM para “alojar a la gente”. Alfayate recuerda que “no vale cualquier cosa” que “no podemos acoger a familias en casa porque no sabemos si nos vamos a llevar bien o los problemas que puedan tener”. Por ello, piden “pisos o habitaciones vacías” y “una primera manutención”.

“Hemos copiado una iniciativa de los hosteleros de Córdoba para abrir una bolsa de trabajo para que los refugiados que lleguen a nuestro país puedan empezar una nueva vida con un trabajo digno”, explica Alfayate, quien hizo alusión a la crisis de refugiados de la guerra de Bosnia: “sabemos que tenemos unas cuantas familias en Ávila que fueron acogidas y pudieron salir adelante, gracias a los abulenses. Ahora, es el momento de volver a hacerlo”, apunta.