Este aumento cercano al 9% del IPC interanual se ha conocido tras el dato de la subida de los precios de febrero, que fue del uno por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)

Transporte y vivienda han sido los elementos que más han crecido por la subida de los precios energéticos, junto a los de restaurantes, hoteles, bebidas alcohólicas y restaurantes.

Desde CEOE se ha lamentado estos datos, ya que “los costes energéticos desorbitados siguen siendo la razón principal de que llueva sobre mojado, generando una especie de barranco que se agranda mes a mes y en el que influyen también otras excusas coyunturales proyectadas, negativa y persistentemente, en torno al transporte y al comercio internacional”.

Esta situación, según la patronal, “está dibujando una realidad económica desvirtuada, en la que los empresarios y los autónomos sufren en gran magnitud la mano dura del incremento desproporcionado de los costes de producción”, lo que lleva a serias dificultades a muchas empresas, y a que haya sectores productivos que se estén planteando reajustes en sus procesos, que “podrían desembocar en un nuevo marco de paralización de la actividad o de expedientes de regulación de empleo, hasta que se recuperen condiciones de viabilidad”.

Los empresarios advierten que “estas fluctuaciones descontroladas” de los precios acarrean “efectos perversos para la economía y para las relaciones laborales”, teniendo en cuenta que el IPC de los últimos meses “no es equiparable en término alguno al crecimiento de la actividad económica o al PIB”.