Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
Los ecologistas del Colectivo Azálvaro proponen que, para evitar la mortalidad de las rapaces por la planta de tratamiento de Urraca y los parques eólicos, se reparta comida a estas aves.
Sería a través de puntos de alimentación o muladares autorizados en torno a las provincias de Ávila, Segovia y Madrid.
La planta de transformación de residuos sólidos urbanos de Urraca-Miguel provoca un impacto sobre la avifauna de la zona, ya que aseguran que en los últimos meses se han encontrado los cadáveres de distintas rapaces, además de envenenamientos por la ingesta de productos tóxicos en la zona de rechazos. El último caso se produjo hace una semana, fue un ejemplar de cigüeña blanca, según se ha denunciado ante la Policía Local de Ávila.
El presidente de la organización conservacionista, José Aguilera, asegura que “la falta de medidas correctoras en las torretas eléctricas provoca perjuicios a las aves, perjudiciales para las aves”, y consideran que dada la importancia de este territorio para la avifauna, son necesarias “urgentemente” medidas para evitar esta situación.
Zona de rechazo
En los últimos años han aumentado las muertes de aves rapaces necrófagas protegidas, sobre todo buitres, en torno a la zona de rechazo del centro de tratamiento ante la falta de alimento natural en el campo y en los muladares autorizados, como los de Maello y El Barraco en Ávila, que no funcionan.
En el caso de los buitres negros, llegan desde las colonias de Iruelas, Valdemaqueda, Valsaín, río Moros o Rascafría.
La propuesta es que se les facilite alimentación a través del sistema de gestión ambiental Arcan, entidad operadora que gestiona la retirada y destrucción de cadáveres de animales y subproductos para la alimentación de aves carroñeras en muladares autorizados.
Parques eólicos
Por otra parte, el colectivo ha insistido en que los parques eólicos son “puntos negros” para las aves, ya que el sábado 20 encontraron un ejemplar de águila calzada muerta por colisión en un aerogenerador de Valpardo, en el puerto de La Lancha. Se trata del mismo parque eólico donde una semana antes se halló muerto un buitre negro.
Aguilera lamenta que la alineación de los parques eólicos ubicados de las sierras de Ojos Albos y de Malagón, en los límites de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), con “un paso mortal” hacia el Campo Azálvaro, “un espacio donde la ganadería extensiva desempeña un papel fundamental para el desarrollo económico de la zona, y que mantenía una interacción trófica con las aves necrófagas antes de que se impusiera que cadáveres y restos de ganado se retirasen del campo”.
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