Gracias a la operación Antígona de España, la mujer refugiada llegó acompañada de su marido, de su hija, y del padre de su marido. Al bajar la escalera del avión reconoce que sintió “felicidad” al mirar los ojos de su hija, y pensó que estaban “en zona segura, donde podrían vivir en paz y con tranquilidad”, su prioridad absoluta como madre que huye de un país en conflicto en un momento de duelo tras la pérdida de un hijo de 7 años, asesinado en Afganistán.

Recuerda que a su llegada a Torrejón de Ardoz recibió una “atención gentil” por parte del voluntariado de Cruz Roja que se encontraba en el aeropuerto y reconoce que se quedó “asombrada” porque en este país su vida “sí tiene valor”.

Cinco meses después, asentada en Ávila, siente un “enorme agradecimiento” por las atenciones que ha recibido por parte del equipo de profesionales que gestiona el Programa de Acogida e Integración de Personas Solicitantes de Protección Internacional en Cruz Roja en Ávila que, además de trabajar con esta familia, ha acogido a nueve personas más de otros dos grupos familiares provenientes de Afganistán.

El agradecimiento lo ha plasmado en un cuadro que ha entregado a la presidenta de Cruz Roja en Ávila, Mercedes Martínez, a quién ha explicado el significado de la pintura, así como el de algunas de sus obras, entre ellas las que ha realizado en recuerdo a su hijo asesinado.

Integración

En este momento Nooria se encuentra aprendiendo castellano en Cruz Roja en Ávila y explica que, aunque cuesta, “con esfuerzo” logrará aprenderlo y así “permitirá que se integre con más facilidad en España”.

En el futuro se ve al frente de una tienda, porque en su país era modista y tiene conocimientos de costura, además de tener formación artística. Estudió arte y pinta desde muy niña. La pintura le ha servido para “plasmar su ansiedad, malestar y amargura”, aunque reconoce que ahora no tiene esos sentimientos y por eso su arte en este momento le “sirve para expresar agradecimiento”. La pintura además le hace “mirar al futuro” y tiene la ilusión de exponer la treintena de cuadros que posee en alguna sala de la ciudad como forma de “dar las gracias a Ávila por su acogida”.

La Operación Antígona fue posible gracias a la participación de 743 personas voluntarias de Cruz Roja Española de toda España, incluida una voluntaria de Ávila, que atendieron a 2.163 personas en Torrejón de Ardoz, entre las dos fases del despliegue desarrolladas en agosto y octubre.