Del Miércoles, 15 de Octubre de 2025 al Sábado, 18 de Octubre de 2025

Apología de la cría ordenada de especies en cautividad
Desde tiempos inmemoriales, los animales han acompañado al hombre en su larga carrera evolutiva. La domesticación y cría de animales no sólo han enriquecido funcional, sino también simbólicamente a las distintas civilizaciones que se han ido sucediendo a lo largo de la historia.
No fueron pocas las tradiciones míticas que en el pasado convirtieron en objeto de veneración a animales estrechamente ligados al hombre. Baste recordar algunas de las divinidades zoomorfas adoradas en el antiguo Egipto: el dios toro Apis, la diosa gata Bastet, Anubis…
Durante siglos, la cría de animales ha estado orientada fundamentalmente a la alimentación de las comunidades humanas. Mas este vínculo entre el hombre y el animal, no sólo se ha sustentado en relaciones de trabajo y producción. Siempre ha existido en el ser humano una fascinación por la cría selectiva de ejemplares, un afán de perfeccionar las cualidades morfológicas de una determinada raza. En pos de este loable empeño, los criadores han dado origen a ejemplares insólitos, sorprendentes, sin parangón alguno en el medio natural, como es el caso de los bellísimos canarios rizados o los contrahechos gibosos españoles. La cría deportiva es, pues, un aliciente que conduce al criador a seleccionar aquellos rasgos genotípicos (y fenotípicos) más destacados de los parentales.
Por otra parte, multitud de aficionados agrupados en diferentes tipos de asociaciones (acuariofilia, herpetofilia, canaricultura, colombicultura…) practican con verdadero entusiasmo, la cría ordenada en cautividad de diversas especies animales. La labor realizada por estos criadores no profesionales, es esencial para la conservación de los especímenes que mantienen, ya que sus poblaciones constituyen un valiosísimo filón genético aprovechable en futuros proyectos conservacionistas.
Hoy en día, esta práctica milenaria se ve amenazada por la postura intransigente de ciertos grupos animalistas, que bajo el pretexto de defender los derechos individuales de los animales, no dudan en arremeter de manera despiadada contra la cría responsable que desarrollan con total desinterés un gran número de aficionados en diferentes partes del mundo.
Lamentablemente, estos últimos días hemos asistido a la aprobación en nuestro país, de un proyecto de ley de Bienestar Animal apoyado en los presupuestos más radicales de la ideología animalista. La inclusión en el listado de animales exóticos invasores, de especies que, en realidad, no lo son; la prohibición de la venta de mascotas en comercios y las rigurosas restricciones en lo que respecta a la tenencia de animales (un máximo de cinco ejemplares por hogar) son algunos de los despropósitos contenidos en el texto.
Desde estas líneas, quisiera ponderar el encomiable trabajo que está realizando la federación FAUNA en pro de los derechos de los aficionados a los animales exóticos. La federación FAUNA (Federaciones de Asociaciones Unidas por la Naturaleza y los Animales) surge en el año 2020, para hacer frente a la amenaza de lo que entonces sólo era un borrador de proyecto de ley. A FAUNA pertenecen asociaciones del prestigio de Aviornis (Asociación Internacional de Criadores de Aves Silvestres), SOHEVA (Sociedad Herpetológica Valenciana) y la Asociación Española del KOI, entre otras.
Frente al despotismo de la ideología animalista, hoy urge más que nunca, aunar voluntades y proyectos en defensa de una actividad que, lejos de afectar únicamente a un sector restringido de la sociedad, ha moldeado y enriquecido nuestra cultura desde épocas pretéritas. No son pocos los niños que, desde edad temprana, descubren su pasión por la naturaleza a partir del cuidado de alguna especie animal. ¿Vamos a privar a las futuras generaciones de esta gratificante experiencia? Si se cede ahora ante el avance de los bárbaros, ¿cómo podremos salvaguardar de su extinción esta práctica ancestral, fraguada en los albores de la “gran revolución neolítica”?
Como corolario, traeré a colación los versos que escribió el pastor luterano Martin Niemöller (1892-1894), en alusión a la pasividad que con frecuencia, lastra la legítima lucha del hombre contra cualquier forma de autoritarismo:
Primero vinieron por los socialistas,
y yo no dije nada porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas,
y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos,
y yo no dije nada, porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí,
y no quedó nadie para hablar por mí (1).
(1): Alfredo Sierra: “Verdades y mentiras del más famoso poema contra el peligro de la indiferencia: ¿quién lo escribió?”, Infobae (28-01-2019). https://www.infobae.com/cultura/2019/01/28/verdades-y-mentiras-del-mas-famoso-poema-contra-el-peligro-de-la-indiferencia-quien-lo-escribio/
Alondra Armuñesa | Sábado, 26 de Febrero de 2022 a las 20:14:58 horas
Cuánta razón, muy bien explicado. Se trata de conservar las especies. Si no los criamos, se extinguen, así de sencillo... Gracias por aportar raciocinio en tiempos de necedad. Enhorabuena.
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