El proyecto arrancó en el año 2006, cuando García-Martín regreso a Olmedo, su municipio de origen, tras una estancia larga en Madrid. “Cuando regresé me di cuenta de que en el pueblo había muchas casas derruidas y me enteré de que había pueblos abandonados”, dice.

Por aquel entonces, el problema de la despoblación no estaba en el punto de mira de los políticos, ni tampoco de los habitantes de Castilla y León: “Ahora todo el mundo habla de la España vaciada, que es una terminología que a mí no me gusta porque es una falta de respeto para las personas que viven aquí, pero antes no estaba de moda. Había gente que no reconocía que estábamos ante este problema”, señala el fotógrafo.

Evitar que desaparezcan

En un primer momento, García-Martín fotografiaba estos paisajes y pueblos abandonados con la idea de “documentar” esos rincones de la Comunidad y de alguna manera “cribarlos”, porque “por desgracia, el tiempo, la erosión y el viento” hará “que desaparezcan por completo”. ‘Mapas Cerrados’ está compuesta por 28 fotografías en blanco y negro, a excepción de tres imágenes. Esta elección es porque, para el García-Martín, esta técnica “da más realismo y es más subjetiva”, además, “consigue impactar un poco más, que al fin y al cabo es lo importante”.

“Buscamos una reflexión y concienciación sobre el problema, y creo que lo hemos conseguido. La gente queda bastante impactada, y es que, una imagen vale más que mil palabras”, afirma. La exposición está acompañada por un vídeo documental de Laura Galván, donde se puede ver la forma de trabajar del fotógrafo, así como testimonios de personas que han vivido en esos pueblos que ahora se encuentran abandonados y donde “narran las historias de su infancia, sus recuerdos y lo que es para ellos que ahora esté deshabitado”.

Además, los asistentes pueden leer un texto del escritor zamorano José María Lebredo, que es una reflexión y resumen sobre ‘Mapas Cerrados’ y escuchar la composición musical de Miguel García y Raúl Rodríguez hecha expresamente para la muestra.