Y ello si se tienen en cuenta factores como “el crecimiento económico deficiente en términos de PIB, incremento desmesurado de los costes que están soportando las empresas por un imparable encarecimiento de los suministros y de la energía, que penaliza la productividad, y a los que vienen a sumarse algunos aspectos de la reforma laboral que dificultan la actividad de sectores afectados por la temporalidad”.

Si a ello se suman que en los últimos tres años, “además de haber confluido la crisis sanitaria y la crisis económica”, se han registrado unos incrementos de las cotizaciones aparejadas al SMI de en torno al 30% (que vendrán a suponer un coste mínimo por empleado que superará los 1.500 euros), se trata de un incremento que “rebasa cualquier coherencia económica y que penalizará aún más la supervivencia de las pequeñas empresas y de los autónomos, más aún si forman parte de sectores como la hostelería, el comercio, la agricultura o determinados servicios que soportan otros sobrecostes”.

CEOE lamenta que no haya habido concertación del Gobierno con los empresarios “haciendo gala de una arrogancia política”, que “excluye incomprensiblemente a los interlocutores económicos, que son precisamente los que pagan los salarios y crean la mayor parte del empleo”.

La patronal exige que en el ámbito nacional de la negociación colectiva se recupere la actualización de salarios “con criterios razonables, que ofrezca estabilidad laboral y facilite el crecimiento económico y el empleo”, porque el salario mínimo “impuesto no son sinónimo ni de mejora de la economía ni de las expectativas laborales”, y que “pondrán a muchas empresas y autónomos abulenses en tesituras sobre viabilidad aún más complicadas”.