La época de quema está comprendida en la Comunidad entre el 16 de octubre y el 31 de mayo, pero la Administración autonómica ha decidido suspender las quemas autorizadas.

En la orden de 2013 que regula el uso del fuego y establece medidas preventivas para la lucha contra los incendios forestales en Castilla y León, establece que "se podrá autorizar la quema de restos vegetales previa autorización expresa del Servicio Territorial de Medio Ambiente o previa comunicación en determinados casos".

La Delegación Territorial de la Junta en Ávila pide "precaución", no solo en la suspensión de las quemas, sino "en la utilización de cualquier fuente de calor que pueda ser causa de ignición", a la espera de que las precipitaciones "vuelvan a ser las habituales para esta época del año".