El hombre, que trabajaba como agente comercial en la compañía Prevenlabor, se habría quedado con el dinero del cobro de clientes que pertenecía a la empresa en la que prestaba sus servicios. En un principio, se solicitaba una pena de tres años de prisión, al tratarse de apropiación indebida sin perjuicio. Además, la acusación particular también añadía otros delitos.

Posteriormente, se ha constatado que esta persona está diagnosticada de una ludopatía, tal y como ha señalado el fiscal Javier Rojo. Esta dolencia le “afectaba considerablemente a sus niveles de conciencia y conocimiento de los hechos, así como de la voluntad. Es decir, de sustraerse al afán imperioso de jugar”.

El fiscal ha explicado que el procesado está diagnosticado de esa adicción y en la actualidad se encuentra en tratamiento de la misma. Además, antes de la celebración del juicio, esta persona ha procedido a consignar la cantidad, cifrada en más de 40.000 euros, solicitada como responsabilidad civil por la representación pública. En consecuencia, ha pagado lo que había sustraído.

Por lo tanto, se le han aplicado dos atenuantes, reduciéndose así la pena a un año de prisión. Gracias a esta decisión, la acusación particular y el acusado han llegado a la conformidad de la pena.