Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
En el año que ha terminado, en vísperas de las navidades, se nos fue Adolfo Oviedo Álvarez (Ávila, 1940- Ávila, 2021), coleccionista, bibliófilo, fotógrafo aficionado y documentalista de Ávila.
Fue un hombre normal comprometido y enamorado de su ciudad, a la que retrató infinidad de veces, siempre atento con su cámara a todas las manifestaciones culturales, sociales y festivas que se celebraban. De complexión delgada y, aparentemente, frágil, presumía de gran vitalidad.
Adolfo aprendió dibujo lineal con Antonio Veredas (1889-1962), por entonces profesor y director de la Escuela de Artes y Oficios, situada en el edificio municipal del número 7 de la plaza del Mercado Chico ocupando la segunda planta. Casualmente, en este mismo aposento es donde quien suscribe estas líneas lleva treinta años ejerciendo de letrado municipal. Y hasta aquí se acercaba a menudo Adolfo en los últimos tiempos, y juntos recordábamos aquellos años de juventud, e intercambiábamos antiguas estampas y viejos libros de la historia abulense, siendo grande el empeño que ponía en recopilar todo lo relacionado con su ciudad. Tanto, que incluso en estos días, cuando nadie esperaba su muerte, seguía interesado por recuperar láminas, ilustraciones y recortes de Ávila. Sus conocimientos de delineación le permitieron demostrar su valía en la antigua fábrica de coches Fadisa (actual Nissan), donde desarrolló su actividad profesional, sin olvidar sus aficiones pasionales por la fotografía y el coleccionismo, en las que Ávila ocupaba el principal protagonismo.
Adolfo Oviedo aprendió el oficio fotográfico con Santos Delgado, yerno de su antiguo profesor Antonio Veredas, quien tenía el laboratorio en el sótano de la antigua Librería Católica que regentaba en la calle Don Gerónimo. Santos Delgado se ocupaba entonces de la comunicación y documentación gráfica de los actos del Gobierno Civil que dirigió José Antonio Vaca de Osma en el periodo 1957-1966, y buena prueba de ello es el libro ‘Ávila. 25 años de paz’ (1964).
Gracias a los ricos álbumes de postales y fotografías antiguas que había compuesto Adolfo Oviedo y a su generosidad, uno pudo documentar publicaciones y exposiciones como las tituladas ‘Los Cuatro Postes de Ávila. 100 años de fotografía e imagen, 1860-1960’ (2003), ‘Álbum del Grande. Imagen y fotografía de la Plaza de Ávila’ (2006), ‘La Muralla de Ávila. Fotografía histórica (2007)’, ‘Avileses. Tipos de Ávila. Estampas y fotografías, 1777-1960’ (2009) y ‘Ávila en la tarjeta postal ilustrada, 1897- 1950’ (2014).
Igualmente, la revista del ‘125 aniversario de la Casa Social Católica de Ávila (1886-2012)’ contó con su inestimable colaboración fotográfica. Entonces no existía el universo internet donde hoy se comparte una abrumador e ingente número de imágenes que antes eran desconocidas e inaccesibles. De ahí la especial tarea que desempeñaron los llamados coleccionistas de papel como Adolfo Oviedo, a quien acompañaron en Ávila ocupándose en esta misma tarea Gonzalo Veredas, José Luis Gutiérrez Robledo, Pablo Sánchez Martín, Mariano Martín Suárez, Fermín Gutiérrez Martín, Rafael Gómez Benito, y Joaquín Hernández, entre otros.
Durante estos días, y en estas mismas fechas, se da la circunstancia de que hace diecisiete años Adolfo Oviedo participaba en la exposición fotográfica navideña colectiva dedicada a Ávila, la cual tenía lugar en la Casa de las Carnicerías. ‘La cara blanca de la ciudad’ titulaba el Diario de Ávila del 29 de diciembre de 2004. Acompañábamos entonces a Adolfo un grupo de aficionados de la recién creada Agrupación Fotográfica de Ávila (AFA) que él presidía: Marta Jiménez, Primitivo Hernando, Jesús López Jiménez, Jesús Martín, Anastasio González, Emilio Iglesias y José Luis Díaz Segovia y uno mismo.
La muestra se repitió en el auditorio de San Francisco un año después, también en navidad, con nuevas vistas y la participación también de Diego Hernández y Manuel Muñoz. En total fueron siete las exposiciones que organizó Adolfo Oviedo desde la presidencia de AFA durante el periodo 2004-2008. Todas ellas coincidiendo con los actos programadas con motivo de las fiestas patronales de la Santa, las navidades, la tradicional ‘Ronda de las leyendas’ y el Mercado Medieval.
Todavía recuerdo su habitual presencia en los numerosos eventos que tenían lugar en la ciudad, y otras tantas fiestas populares, como la dedicada a la siega y la trilla en Mingorría. Momentos estos en los que coincidíamos y aprovechábamos para conocer las novedades sobre fotografías de Ávila y las últimas adquisiciones de equipos. De éstas, Conchi su esposa, recuerda un nuevo objetivo gran angular con el que acababa de retratar una extraordinaria panorámica desde el arco del Alcázar.
Finalmente, el pasado 18 de diciembre, Adolfo Oviedo se despidió de Ávila, sin saberlo. Pocos días antes, el domingo día 5, no se perdió la “salida extraordinaria” de la imagen de Nuestra Señora de las Vacas a su paso por el Mercado Grande camino de la parroquia de San Pedro. Una típica escenografía abulense, igual que una de tantas que retrató año tras año, como también lo hacía del caserío urbano y del rico patrimonio abulense iluminado por un cielo eternamente azul. Con todo, su memoria seguirá viva en el extraordinario legado que deja para la historia gráfica de Ávila.
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