Se trata de un proyecto de nueve edificios sobre 10,2 hectáreas a cinco kilómetros de Candeleda, junto a la CL-501 en sentido a Cáceres.

El proyecto, en el que se prevén invertir 2,5 millones de euros, había recibido siete alegaciones por su impacto en el entorno provenientes de colectivos vinculados a la defensa del medio ambiente, pese a lo cual ha obtenido el visto bueno de la Junta de Castilla y León.

No en vano, el proyecto es limítrofe a la ZEPA y LIC Valle del Tiétar y colindante con el ámbito de aplicación del Plan de Recuperación de la Cigüeña Negra y con el ámbito de aplicación del Plan de Recuperación del Águila Imperial Ibérica.

En concreto, las alegaciones han sido presentadas por la Plataforma de Toledo en Defensa del Tajo, la Asociación Geográfica Ambiental, la Asociación Plataforma contra la especulación urbanística y ambiental de Candeleda, Gredos Verde, la sección de Medio Ambiente de CC.OO., la Asociación en Defensa del Río Alberche y GRAMA (Grupo de Acción para el Medio Ambiente).

Junto a las alegaciones, en el expediente de declaración de impacto ambiental constan informes de la Confederación Hidrográfica del Tajo, el Servicio Territorial de Cultura y del Servicio Territorial de Medio Ambiente.

Según la Junta, todos los informes recibidos, las alegaciones y las contestaciones a éstas han sido tenidos en cuenta en el procedimiento de evaluación de impacto ambiental, que finalmente ha resultado favorable a la ejecución del proyecto, si bien condicionado al cumplimiento de una serie de medidas correctoras y preventivas.

No obstante, según el Gobierno autonómico, el informe de repercusiones sobre la Red Natura concluye que “no existe coincidencia geográfica del proyecto con la Red Natura 2000, ni se prevé la existencia de afecciones indirectas”.