“La advertencia sobre la negligente política forestal se está haciendo realidad y ya ha tenido sus primeras consecuencias con los recientes incendios”, según José Alberto Novoa, coordinador provincial, quien se pregunta por las dotaciones tanto personales como materiales que operan en la provincia y que, “viendo el escenario que se plantea, pueden ser netamente insuficientes”.

Quiere que se detallen los medios materiales y humanos de la campaña de prevención de incendios, y pìde los datos de autobombas, helicópteros, disponibilidad, periodos de trabajo, así como cuadrillas de tierra, su lugar de ocupación, el número de personas que las forman, su vinculación privada o pública, el tipo de contrato, el tiempo de trabajo previsto o las actuaciones asignadas.

“Va a ser un verano muy duro y la Junta de Castilla y León era consciente de ello”, ya que “después de una primavera lluviosa las fuertes temperaturas han convertido nuestros campos y montes en un polvorín, y tenemos la sensación de que la administración regional lo ha obviado, jugando a una peligrosa ruleta rusa esperando que la suerte le sonría”, señala Novoa, quien lamenta que se haya rechazado una política preventiva, “mucho más eficaz tanto a nivel económico como medioambiental”.