Al igual que el año pasado, la realización de dichas pruebas, por causas sanitarias, se están desarrollando en varias sedes, ubicadas en diferentes puntos de la geografía española y no sólo en la capital abulense, como anteriormente. Los opositores deben acudir en su turno correspondiente que, como han explicado, están divididos en dos: el primero a las 8.30 horas y el segundo a las 11 para poder cumplir con los protocolos sanitarios impuestos por el coronavirus.

En total, este año hay 2.218 plazas convocadas para la escala básica del Cuerpo Nacional de Policía, una cifra inferior a la del año anterior, que contó con 2.506.

Pruebas físicas

La primera prueba que tienen que realizar los opositores consiste en un circuito, que mide la agilidad de movimientos de quien lo ejecuta. A la señal de “listo… ya”, el aspirante a policía debe de completar el perímetro. El segundo ejercicio trata de medir la fuerza y resistencia de los principales músculos dorsales, flexores de los brazos y la cintura (escapulo-humeral). Para ello, el opositor hombre deberá realizar el mayor número de dominadas posibles hasta completar el máximo, siguiendo unas reglas. En el caso de las mujeres, esta prueba es modificada, ya que tienen que mantenerse el mayor tiempo posible en la barra con los brazos flexionados, la barbilla por encima de la barra y el cuerpo extendido perpendicular al plano del suelo.

Por último, los opositores tienen que completar un recorrido de 1.000 metros. En esta prueba no solo son importantes las condiciones físicas, ya que la meteorología puede influir a la hora de correr y conseguir una buena marca.

Durante la realización de las pruebas, a los familiares se les ha visto acercarse a la verja de la Ciudad Deportiva, ya que no puede accederse al recinto, para ver y apoyar a sus seres queridos, aunque también son los propios opositores quienes esperan a que salgan sus compañeros para preguntarles por la realización de las pruebas y su resultado.