“Gracias por haber venido y, sobre todo, por no haberos marchado”, dijo al final ante un público al que embaucó, pero con la naturalidad de jugar en casa, durante más de hora y media en la plaza del Mercado Chico.

Acompañado casi todo el concierto por la batería de Gonzalo Maestre, y en otros temas solo con sus guitarras o al teclado, ha recorrido sus canciones. Cuenta que no le gusta explicar las historias que hay detrás de cada una, lo que no quita que contase la que dedicó, 14 años después, a un amor de adolescencia al que tan mal, reconoció, había tratado en muchos otros temas.

Entre los temas, aparte de alguno nuevo, más aclamados algunos de su último disco, como ‘Instinto’, ‘Miedo’ y ‘Abrázame’, que formó parte de un bis en el que también -“vamos a hacer una locura”, dijo- pidió al público que solicitase una canción, y terminó cantando ‘Entre el cielo y el suelo’ de Mecano, como antes entonó el ‘Galilea’ de los primeros tiempos de Sergio Dalma.