El pasado 16 de julio, la clientela de La Blanquita se trasladaba hasta las puertas del local para despedir  a uno de los negocios más antiguos de la capital abulense. “Cierre por jubilación” decía uno de los letreros de la ventana del local, sin embargo, parte de ese público que fue para homenajear a la familia que lo regentaba tenía la esperanza de que volviera abrir sus puertas.

Y así ha sido, este viernes La Blanquita ha vuelto a levantar la persiana, eso sí, esta vez en una nueva ubicación. Aunque a los clientes de toda la vida no les va a costar mucho encontrar el local, ya que se encuentra enfrente del antiguo. Es decir, anteriormente el negocio se encontraba en la calle Estaban Domingo, y ahora, en la calle Tomás Luis de Victoria (antigua calle Pescadería), donde tiempo atrás se hallaba una peluquería.

“Era un espacio que había disponible y nos pareció bien. Era adecuado para lo que queríamos”, explica Carlos Mozo, el dueño de la nueva Blanquita, que recuerda a sus clientes que “no podía utilizar el antiguo local”.

Detrás del mostrador

El sentido homenaje cuando cerró sus puertas el negocio familiar, donde los clientes llevaron flores y dedicatorias, que pegaron en el local para agradecer una vida dedicada al comercio abulense, fue un revulsivo para continuar. “Estamos muy agradecidos a la gente, han estado siempre ahí. Al final he decidido seguir adelante yo solo”, asegura Mozo. La segunda razón es que estar detrás del mostrador “siempre” ha sido su “trabajo”, y no entiende otra forma de vivir.

En las primeras horas el ambiente era de celebración, los clientes volvían a La Blanquita y esperaban la cola del negocio, que no cesaba nunca, en busca de sus tradicionales productos. “Hemos tenido muy buen recibimiento”, señala el dueño, que amenizaba la espera con unos caramelos en la entrada.

Carlos Mozo, hijo y sobrino de los antiguos dueños, vuelve a sonreír detrás del mostrador. De cara al futuro, espera que “vaya bien” y que puedan “seguir creciendo” porque tienen “los mismos productos” con “la misma calidad” y son “los mismos de siempre”.