Así lo ha dado a conocer esta organización agraria, después de trabajar con 15 variedades de trigos y cebadas que han demostrado el "papel trascendental" que supone el uso de "semilla de calidad". En este caso, se han empleado semillas R1, R2 y R3.
De esta manera, se quiere aportar datos a los agricultores sobre la conveniencia de utilizar el mejor tipo de semilla cerealista desde el punto de vista de los rendimientos, resistencia a enfermedades, dosis de siembra y nivel de germinación en las distintas parcelas. Así, se impulsa el conocimiento de las mejores opciones de productividad en un contexto como el actual de cambio climático.
La siembra de las semillas se produjo el 17 de noviembre de 2020, mientras que la recolección tuvo lugar el 3 de julio del presente ejercicio, ofrecimiento resultados "muy esclarecedores en cuanto a rendimientos, resistencia a enfermedades, dosis de siembra y nivel de germinación en diferentes parcelas".
Los servicios técnicos de UPA han concluido que las semillas de trigo certificadas R1 y R2 han ofrecido "entre un 10 y un 15% más de rendimiento productivo" que las semillas R3, mientras que en las cebadas ese porcentaje ha alcanzado un incremento de "entre un 12 y un 18 por ciento".
En las parcelas de investigación para responder al cambio climático, en el caso de la cebada los rendimientos medios de R1 y R2 han sido 4.000 kilos por hectárea, frente a los 3.407 kilos obtenidos con la R3, lo que supone una diferencia de unos 600 kilos por hectárea a favor de las semillas R1 y R2.
Resultados concluyentes
En el caso de los trigos los resultados del ensayo resultan "aún más concluyentes", con rendimientos medios de semillas de calidad R1 y R2 de 4.222 kilos por hectárea, frente a los 3.704 kilos de la R3, es decir, una diferencia de 518 kilos a favor de las primeras.
Para UPA, "lo más relevante" es que las semillas certificadas han demostrado que, en un contexto como el actual, con las variedades R1 y R2 se emplea "menos dosis de siembra, resisten mejor las diferencias extremas de temperaturas y enfermedades como los hongos, y tienen mayor capacidad de germinación".
Dicha germinación "se reduce en un porcentaje importante tras la segunda siembra", según han demostrado los datos a pie de campo.
El vicesecretario general de UPA-Ávila, Pedro Ismael Martín, ve "muy importante" que en una campaña como la actual, con precios "medios-altos", la diferencia entre un 10 y un 18 por ciento de rendimiento sea "relevante a nivel de rentabilidad para una explotación familiar".
Al respecto, subraya el hecho de que se haya desarrollado este trabajo de campos de investigación, sabedores de que para el sector profesional es "muy interesante poder visualizar el desarrollo genético de las nuevas variedades y la importancia de la mejora genética realizada por las empresas de semillas". Y todo ello, según Martín, con el objetivo de "buscar las opciones que mejor se adaptan a los terrenos".
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