Hablar de la salud laboral implica más que tener todos los elementos de seguridad para proteger los ojos, los oídos, el rostro o partes del cuerpo en la realización de determinadas funciones en el área de trabajo. Es una compleja decisión empresarial en la que confluyen diferentes áreas, desde la gestión hasta la formación de los trabajadores, y por supuesto, el cumplimiento de las normativas precisamente diseñadas para fomentar puestos de trabajo más seguros para los trabajadores.
Entender la salud laboral no tiene únicamente que ver con la prevención de los accidentes laborales en trabajos de alto riesgo -como cotidianamente se confunde con la higiene y la seguridad industrial-, sino que tiene que ver con la protección laboral de los trabajadores y con la creación de ambientes de trabajo que fomenten los valores positivos, desde el rendimiento óptimo y la reducción de la fatiga, hasta las relaciones o el clima laboral y la distribución eficiente de los puestos de trabajo.
Para cumplir con la normativa, principalmente, pero también para garantizar que las empresas sean cada vez más competitivas, eficientes y su imagen corporativa se vea fortalecida por el correcto cumplimiento, las empresas cuentan con muchos recursos que son obligatorios, o bien, son recomendables para cumplir.
Reconocimiento médico laboral
El principal recurso del que se puede hablar en el tema de la salud laboral es el reconocimiento médico laboral, que es obligatorio para las empresas y la ley dictamina que sea información confidencial para proteger a los trabajadores, puesto que se tratan de pruebas médicas y físicas realizadas a todos los profesionales antes de iniciar funciones en un nuevo puesto de trabajo; y luego de forma periódica, de acuerdo a los convenios de su profesión, o anualmente, en el resto de los casos.
Si bien, en sí mismo, el reconocimiento médico laboral no previene de riesgos o accidentes laborales, sí permite tener un inicio fiable de la salud laboral en todas las empresas y puestos, porque tanto el profesional como la contraparte contratante reconocerán la buena salud con la que comienzan a ocupar las plazas, lo que puede servir de información importante en caso de que el puesto de trabajo exija unas determinadas condiciones físicas, mentales o de salud; o bien, en caso de que se quieran hacer denuncias o reclamaciones a la empresa por dañar la salud de sus trabajadores, gracias a una protección insuficiente en puestos de trabajo determinados.
Evaluación de riesgos y planes de contingencia
Sin lugar a dudas, el recurso más importante con el que cuentan las empresas para mejorar en el campo de la salud laboral de sus trabajadores es en la evaluación de riesgos. Existen empresas especializadas en brindar asesoría y crear marcos de actuación en las organizaciones, con la finalidad no únicamente de cumplir con la ley en su sector en particular, sino también para garantizar que cada uno de los trabajadores tenga las garantías de que la empresa brinda la protección suficiente y adecuada, de modo que el trabajo pueda ser realizado con mayor confianza, potenciando el rendimiento, la rentabilidad y hasta la motivación de los mismos.
La evaluación de riesgos es el primer paso antes de definir los procesos o las medidas para la prevención de riesgos laborales, y con ello, la garantía de la salud laboral de los trabajadores. Es también el punto inicial a partir del cual luego se acogen otras medidas importantes, como la dotación de equipos de protección individual, importantes y obligatorios en los puestos de trabajo que así lo necesiten, algo que la evaluación de riesgos también permite conocer.
Relacionado con lo anterior es el plan de contingencia, uno de los aspectos cruciales para la salud laboral, porque beneficia por completo a la empresa, ya que se enmarca en la posibilidad de que la empresa pueda seguir prestando funciones cuando se produzcan problemas, que en otro caso podrían atentar contra su funcionamiento, siempre relacionando esto con los accidentes laborales e incluso con el ausentismo de un puesto estratégico en particular como producto de incidencias de salud laboral.
El plan de contingencia es derivado del análisis de riesgos y le compete también, al menos su realización inicial, a empresas especializadas en el tema de la seguridad y la salud laboral.
Cursos especializados
La mejor forma de garantizar la buena salud laboral y el respaldo de la empresa para con sus trabajadores, es mediante la formación, tal como sucede con el curso de simulador de vehhículos pesados y furgonetas de Semusad, una de las empresas especializadas en el tema de la salud y la protección laboral.
Tomando como ejemplo el curso mencionado, es una formación que permite a los conductores profesionales tener mucha más seguridad en la carretera, poder resolver incidencias comunes que puedan ocurrir, y sobre todo, mejorar su forma de conducción para apegarse a las normas; así como propiciar una conducción más segura, eficiente y económica, y con ello, mejorar la imagen de la empresa, del profesional en sí y de su sector a nivel grupal.
La formación en salud laboral, por ende, es una de las mejores inversiones que puede realizar cualquier empresa, independientemente de su ramo o nicho de mercado.
Ergonomía
En temas de salud laboral, la ergonomía ha sido uno de los últimos conceptos en tomar relevancia, aunque su estudio y su incidencia dentro de los puestos de trabajo lleva décadas de respaldo.
La detección de riesgos ergonómicos es importante, en favor de la prevención de lesiones y ausentismo laboral, producto de espacios de trabajo poco eficientes, de fricciones en puestos de trabajo y relaciones psicosociales, pero también desde el propio concepto de la ergonomía, por lo que aspectos tan sencillos como la iluminación o un escritorio adaptado a la normativa, pueden marcar la diferencia para la rentabilidad y hasta para la legalidad de la empresa en relación con la salud laboral.