Ruiz Hernández transporta al lector al año 1974 para resolver la desaparición de una mujer al final de la dictadura. "Se adentra de nuevo en la vida y costumbres de los pueblos con una pluma cómoda y habituada a esta temática, con la que transporta al lector no solo a otra época, sino a otros lugares reconocibles y abandonados hoy en día, y donde precisamente ese abandono hace que las vivencias se sientan de otro modo", se ha explicado desde la asociación La Sombra del Ciprés, a la que pertenece.
Tras reconocer que le gusta "el vocabulario que se utiliza en el mundo rural y que se está perdiendo", la escritora subraya el hecho de que Miguel Delibes "se preocupara por recuperar ese vocabulario". "Por eso es un autor con el que disfruto", reconoce, para después indicar que en sus libros trata de "introducir palabras que queden escritas" en sus libros, porque "la escritura ayuda a la memoria y si algo está escrito ya no desaparece tan fácilmente”.
La autora asegura que la manera en la que discurren las historias en los pueblos también es "diferente". “Las pasiones duran años”, asegura. “Ahora con las redes sociales puedes contactar con alguien de tu adolescencia en cualquier momento, pero en el mundo rural, adonde no llega Internet, si alguna vez hubo una relación esta dura años y años. ¡Es como si nunca hubiera acabado! Me parece importante describir esas relaciones y así lo hago en mi nueva novela”, argumenta.
Suspense
Junto al ambiente rural y la forma de vivir en los pueblos, la novela también incluye suspense, hipótesis ante una desaparición y cómo influía el contexto político en las personas. “Lo que me interesa no son los personajes importantes de la historia, los que dictaban las normas, sino cómo esas normas o modo de gobernar influenciaba en la mentalidad de los habitantes del pueblo”, apunta.
Begoña Ruíz Hernández, además de múltiples relatos, mucho de ellos premiados, tiene publicada una novela anterior, 'Las montañas azules'.
Una infancia y adolescencia vivida en su pueblo natal le ha hecho "amar la vida" en las pequeñas localidades en las que “lamentablemente no hay transporte, el médico no acude con la frecuencia deseada, no hay muchas tiendas, el wifi no llega…". "Ahora se va solucionando, pero muchos hemos emigrado porque entonces no teníamos tantas oportunidades”, comenta desde Ávila, donde reside actualmente
La autora ha comenzado las presentaciones de esta nueva obra en Hoyos del Espino, donde estuvo el pasado 31 de julio, y en El Barco de Ávila, el 2 de agosto.
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