Después de que en una semana se multiplicasen por cuatro los contagios entre los jóvenes, Iglesias asegura que “los jóvenes son los más responsables" en su establecimiento, por lo que si aumentan los contagios es debido al botellón. “Un bar de copas cierra a las dos y un joven de 16 o 20 años llega a las seis de la mañana a casa. ¿Dónde está?", se pregunta, y responde: "está claro que a quién le corresponda parar los botellones no quiere terminar con ellos", asegura.

En la actualidad, los establecimientos que se dedican al ocio nocturno deben cerrar a las dos de la mañana, los consumidores deben permanecer en las mesas, es decir, no pueden consumir en barra ni de pie. Además, no pueden admitir nuevos clientes a partir de la una de la madrugada. Unas medidas que para los dueños de estos locales son “asfixiantes”.

“Nos tienen machacados. Todo lo que sale mal es para la noche, no sé qué pretenden el señor Igea y el señor Mañueco ¿qué cerremos? Esto es un sin vivir, no puedes hacer planes porque no sabes si el jueves que viene, cuando se vuelvan a reunir, nos volverán a cerrar o no. Estamos en vilo”, explica Iglesias, quien asegura que los “únicos que están contentos por la normativa son aquellos establecimientos que abren hasta tarde y venden alcohol”.

Iglesias recuerda que el botellón es una actividad no permitida: "el alcalde dice que es responsabilidad de la Junta, pero beber en la vía pública está prohibido y él es el responsable de la Policía Local. No están cumpliendo las leyes y la gente de la noche está muy quemada”, puntualiza el dueño del Garito, quien se muestra a favor de medidas como la limitación horaria: “Si los bares de copas tenemos que cerrar a las dos, creo que lo mejor es que haya un toque de queda y quien haya por ahí, pues que les denuncien”.