En Castellanos de Zapardiel, Hermógenes Legido es uno de los pioneros en este cultivo: “hace un año y cuatro meses empezamos y, aunque parece un milagro, es una realidad”, ha dicho ante una gran extensión de las moradas flores aromáticas.

De los seis agricultores han pasado a nueve en varios municipios, en terrenos que deben tener “altitud” y que “la tierra filtre y no haya humedades ni lagunas”.

En Castellanos hay plantadas 16 hectáreas, en Madrigal de las Altas Torres 25, en Palacios de Goda 12 y en Crespos siete, entre otras , y para el próximo mes de marzo se espera que superen las cien hectáreas con la incorporación de nuevos agricultores.

“La principal salida es para hacer aceite esencial”, ha indicado Juan Carlos Carpizo, otro de los pioneros que se han decantado por este cultivo. También se destina para “flor seca, destinado a infusiones, para productos medicinales y para turismo”. El rendimiento de este cultivo es de 80 kilos por hectárea.

“Es importante que haya una destilería cerca, para que llegue en menos de 24 horas desde la recogida y no se pierda la esencia”, ha explicado en la visita que hasta Castellanos de Zapardiel ha hecho el presidente de la Diputación, Carlos García, para apoyar a los cultivadores de lavanda.

Les ha agradecido que haya quieren “quieran emprender, crean en el medio rural y en la provincia”. García ha señalado que hace dos meses la institución provincial ha encargado un estudio, por importe de 6.000 euros, que “identifique y analice las potencialidades a través de los recursos naturales a través de la plantas aromáticas”.