El estudio a contabilizado un total de 660 parejas del avión común en Arévalo, las mismas que el año pasado. Desde la asociación recuerdan que desde 2016, año en el que comenzó el proyecto de conservación de dicha especie, la población ha sufrido un importante descenso siendo superior al 40%.

El avión común o ‘Delichon urbicum’ es un pájaro muy parecido a la golondrina que construye nidos formados por más de un millar trocitos de barro. Una de sus principales amenazas es la destrucción por manos del hombre de sus nidos, ya que los excrementos de estas aves pueden llegar a ser muy molestos ensuciando fachadas de edificios o ventanas. García Ornitólogos recuerdan que “la presencia de estos nidos en nuestros edificios es más beneficiosa que perjudicial para el hombre, ya que estas aves reducen el número de insectos de forma natural, llegando a consumir cada día 800 insectos y que en peso puede suponer unos 20 kg/año de insectos”.

Tanto la legislación española como la europea protegen a estas aves, sancionando con cantidades que van desde los 5001 a los 200.000 euros la destrucción de los nidos en época de cría, e incluso el Código Penal tipifica su destrucción como delito, por lo que es muy importante alertar a la ciudadanía de la multa a la que se enfrentan. Por lo tanto, para retirarlos se necesita una autorización.

El estudio busca “conocer con más precisión los problemas a los que se enfrenta esta especie y poder tomar medidas para su ayuda”. El grupo ornitológico asegura que es “necesario una concienciación ciudadana y de compromiso y divulgación por parte de las correspondientes autoridades ambientales y municipales sobre la beneficiosa labor insecticida de los aviones comunes”.