Beatriz Vaquero, responsable del programa de atención a las personas refugiadas, ha apuntado que se debe “reconocer la contribución de los refugiados a la sociedad y tender puentes entre quienes huye y quienes les acogen”.

La actividad, denominada ‘El camino del Holí’ a modo de camino y donde Holí representa “el lugar seguro” entre los colores que muestran la diversidad, ha tenido lugar en la plaza de San Francisco, ante la sede de Cruz Roja.
Patricia Molina, psicóloga del programa, ha explicado que con la actividad han representado “el camino, lleno de dificultades, que deben realizar las personas migrantes, con miedos, incertidumbres y duelos, por las cosas que dejan atrás”.

“El Holí representa ese lugar seguro, lleno de luz de color al que llegan las personas inmigrantes a estos países de acogida, y con la ayuda y el apoyo necesario, las personas pueden convertir esas piedras que lastran en nuevas oportunidades de crecimiento, tanto a nivel personal como la propia comunidad”, ha añadido.

“Los colores representan esta inclusión, este rehacer la vida y volver a empezar, dándonos cuenta de que todas las personas los portamos en esta sociedad”, ha dicho. “Cada persona tiene algo diferente que aportar y cada color aporta algo diferente a la vida”, ha destacado.

Cruz Roja lleva a cabo el trabajo con los refugiados en colaboración con las Administraciones, el Fondo Social Europeo y el Fondo de Asilo, Migración e Integración del Ministerio de Seguridad Social y Migraciones.